El poemario en versión digital

GIRAPOEMA en formato de revista digital gracias a Dennis Mariella.
EL BOSQUE

Intenta mi mente alejar,
dubitativamente,
negros placeres,
que consigo traen la idea de la muerte.
¿Has recibido luz?
En el interior del bosque, la luz no se atreve
espera siempre detrás,
no existen señales que muestren una salida.
Treta de la obscuridad,
imágenes que nos regocijan, falsas,
tu mente se engaña, al igual que te alma.
Rasguño en las fauces de la profunda negrura,
solo un rasguño, cerrando los ojos puedo verlo,
te acercas, dejas una palabra,
y para siempre se ha cerrado aquella grieta.
Ahora todo es nada,
obscuridad, profunda y fría,
vacío que desgarra,
¿Cómo he de escapar de aquí?


Esteban Luis Iacomelli - Argentina
ARRAYÁN


Tu boca es un acantilado de arrayanes
Con las oscuras ciruelas del deseo
en mi boca
entorno los ojos al sol de mediodía

Y el verano tiembla en tu mirada
Obligando a perderme en el remolino
De arena sin fin del verano tardío

Envuelta en el perfume blanco del árbol viejo
Sobre la rama que acaricia el suelo
Te espero quieta un año mas…

Aquí, al borde del árbol al final de la calle…


Tabi Alonso – México
CASI COMO HECHIZADA

Anoche volví
tarde a casa.

Me había demorado,
como otras tantas veces,
entre el mar de papeles
que pueblan, en desorden,
mi lugar de trabajo.

Y volvía apurada,
abstraída de todo,
pensando en casi nada.

Era una noche clara
de brisa apenas fresca,
una noche encantada...

Al llegar a la esquina
de mi calle, me quedé
allí parada y miré
la pendiente hacia el río.

Casi como hechizada,
caminé lentamente
hasta el muelle desierto.

Era el cuadro de siempre
pero era siempre nuevo:
mil luces se espejaban
sobre el agua tranquila
y en el cielo imperaba
una luna dormida.
¡Era tan grande y única
esa luna amarilla!...

En la orilla de enfrente
se repetía el juego
de luces y de brillos.

Respiré intensamente
y, casi como con miedo,
le di la espalda al río.

Retomé como pude
el camino a mi casa
y de nuevo, muy lento,
casi como hechizada,
desanduve mis pasos
esas dos cuadras largas,
embobada de luna,
de fulgores, de sueños
y mareada de asombros.


María Rosa León- Argentina
SOÑANDO ANDO

Soñé que era una estrella,
lo que no es mérito inmenso,
que flotaba dando vueltas
sobre un eje eterno.
Soñé que despertaba
abrazada a una esponja
que era una nube
sumergida en el
profundo océano.
Soñé que me mecía en
lo alto de una rama
y despertaba adolorida
por el olor a manzana.
Soñé que tenía en las manos
veinte flores, con los
cabellos flotando
en un pantano,
que raíces terminaban
mis piernas, que la
espalda se me volvía
playa y palmeras;
los oídos de concha
me soñaba;
concha a concha va
cayendo la luna,
concha y nácar
arroja en mi cama
y yo sueño que sueño
que no
he nacido humana.

Ana Jácome – México
SOLEDAD

I

Sentado frente al mar
Grite
El amor sin ti, no existe.
La mar me respondió:
Cuando te llegó...
No lo quisisteis

II

Mientes...
Todo es mentira;
a grandes voces respondí
Mis sueños son amándola
Una ola respondió! ,Oh pobre de ti!

III

Despiertas sin poder abrazarle;
Tienes vacíos sin poder llenarte;
Sientes alas sin poder alcanzarle;

IV

Cuando la ola a la playa llegó
con una cristalina voz
Este estribillo cantó:
"Cuando llega no puedes"
"Cuando puedes no estás"
Convirtiéndose la ola,
En plateada espuma
A la orilla
del mar.


Jorge Caicedo - Colombia
UNA VEZ MÁS

Y aquí estoy
frente a la tierra
al verde incomprensible
al horizonte indemne

otra vez frente a frente
emergiendo de mí
con la raíz a cuestas
destrozando caminos
oliendo enredaderas de campanillas lilas

cíclica
sistemáticamente reaparezco
escudriñando orígenes
restituyendo peces boquiabiertos
a inéditas lagunas
intrínsecamente superpuestas
a arcaicos subterráneos cursos de agua

una vez más
y muchas
tantas veces me verá frente a frente
el mar abierto
palpando – pies descalzos-
el verde y la humedad que se cuela en las plantas
se adhiere a los tobillos
rodeando los muslos
el vientre, la cintura
trepando la costumbre de pasos imprecisos

estoy
una vez más
oteando el infinito
que no sabe de ríos
no sabe de montañas
sólo sabe de árboles
de pájaros
de sueños insepultos
de pequeños y astillados pedazos de la infancia
peces sin agua
hundiendo las agallas en terrones gastados
perdurando boca abierta a ese cielo
que se llueve en pedazos.


Nieves Granero Sánchez – España
LA MARIPOSA DE LA PAZ

En el Sutra Diamante, habita la mariposa luna
aquella que al batir las alas en Oriente provoca una tormenta en Occidente.
Ah, el efecto mariposa luna, ese fenómeno de fenómenos
que aplaudimos en la ciencia y desdeñamos en el espíritu.
Ese efecto mariposa luna cuyas plateadas alas pueden provocar
hilos de lluvia o espigas solares,
círculos de buitres o botones de bugambilias.
Existen alas visibles: amarillas, azules, aguafuego que se hacen una con el viento
y también alas invisibles: mariposa mente y mariposa corazón
cuyos vuelos tienen la potestad de hacer y deshacer las realidades del mundo.
Entonces, ¿una mariposa luna puede generar un ciclón?
Sí, pero también puede provocar un amanecer violeta.

En un enjambre todo parece caos, sin embargo, cada mariposa es el enjambre.
Una guerra es un enjambre. Y todas nuestras mariposas invisibles
son partícipes ya para alentar al opresor, ya para detener un proyectil.
La pastora que domestica sus mariposas agresivas detiene al misil.
El ciego que cría mariposas nocturnas fortalece al tirano.
Tal es el efecto mariposa luna.

Nada hay en el pensamiento mariposa o en la acción mariposa,
aún la más humilde, que no haga temblar al universo entero.
El genocida lanza mariposas envenenadas. Y cada vez que damos a beber veneno
a nuestras mariposas –aun en dosis infinitesimales–
nos convertimos en cómplices del malvado.
Pero, igualmente, si liberamos de nuestros corazones a la mítica mariposa dorada
del karuna y la benevolencia, nos volvemos sembradores de la paz.

Juntemos las manos en gassho y hagamos una reverencia a la mariposa Buda,
a la mariposa mente-despierta que puede separar lo cierto de lo ilusorio,
a la mariposa crística de alas transparentes capaz de ofrecer
generosidad a la mezquindad, amor al odio,
benevolencia a la maldad, Verdad a la mentira y paz a la guerra.

Salve, mariposa ahimsa, mariposa de la no violencia, mariposa Gandhi,
mariposa de la compasión, de la dignidad y de la resistencia,
no nos dejes caer en la tentación de responder al infierno con demonios

y líbranos de hacer el mal y del peor de todos los males
que es el egótico imperio del poder, de la devastación y la ignorancia.
Amén.


Fernando Ruiz-Torres – México
LAS LUCIÉRNAGAS

Las luciérnagas
No son de este mundo
Labran los tejidos de la oscuridad.

Desde la ventana
Contemplo la faena
Hasta que un fulminante rayo
También labra mi alma.

Ahora
Tomo las riendas
Para cabalgar un destino:
Seré noche y farol.

Incendiario momento
Que promete la noche
Zozobrando las ramas
Y el follaje del bosque.


Lucía Salerno - Venezuela
A LA MEMORIA DEL ÁRBOL CAÍDO

Solemnes árboles caídos,
a la sombra, en la vereda de los hombres.
Duros, estáticos, pulidos
desvalidos, juntos y sin nombre.

Solemne piedad la que los yergue
y solemne el tributo rendido.
Como solemne es el fruto recibido
por la mano que de pronto los sumerge.

Por llorar, la tierra se enmudece.
Por cantar en alabanzas, ceca el viento sus entrañas.
Por rogar para que el árbol lo se enderece,
el árbol se secó de la nostalgia.

En el silencio de su henchida sombra
una cítara suavemente se enmudece;
y en el canto de un laúd, que se empobrece,
canta el eco milenario de su gloria.

Aves muertas en la rama detenida,
el regocijo calmo de los dioses;
retiradas de la escena de la vida
retumban añoranzas de sus voces.

Árboles que imploran al viento,
una plegaria !


Alejandro Rivas – Argentina
LA LUNA DE MI TIERRA
Podría decir que la vida es poca
Cuando me paseo
Por los campos y aldeas de mi tierra

Es como un milagro
Todo tan de mi gusto y goce
Que me desnuda en otras angustias

En las noches
La luna
Pasa
Como una flor
Como un beso
Cubriéndome el alma
Como una voz
Diciendo:
Amor
Por qué no me escribes.



Alberto José Pérez - Venezuela
USHUAIA

Si mira este cuerpo
silencio
sólo silencio enraizado
como si un río taciturno
viviera en mis pensamientos
Y ese sendero de pronto hueco sin fin
con su figura errante sin usted
Y yo
con el pecho quebrado en suspiros
En la pasión de la tierra
recojo sus huellas para seguir
Sus huellas son mías
como la soledad que dejó
porque usted puso en cada palabra humor
y coma
trajo alas
y una nube en las manos para que volara
descansándome en la luna
Encaballada en la noche
anduve el crepúsculo con escolta de fantasmas
busqué su palabra entre pájaros
donde el sueño cae
y en el ardor de los gatos
Descubrí lumbre plateada en el cielo
fuego y sal en la piel
usted conmigo
yo sin usted.
Fiel a su risa
con el cuerpo al viento
ajusté amaneceres
pólvora
y carne en usted
Destino por qué apurar despedidas
con qué mano escribiste adiós
urgía llenar libro de malqueridos
o fue una más de tus bromas
No encuentro sol y avenida
sin usted
soy mujer desnuda
sin mí


Elia Casillas – México
USHUAIA

Si mira este cuerpo
silencio
sólo silencio enraizado
como si un río taciturno
viviera en mis pensamientos
Y ese sendero de pronto hueco sin fin
con su figura errante sin usted
Y yo
con el pecho quebrado en suspiros
En la pasión de la tierra
recojo sus huellas para seguir
Sus huellas son mías
como la soledad que dejó
porque usted puso en cada palabra humor
y coma
trajo alas
y una nube en las manos para que volara
descansándome en la luna
Encaballada en la noche
anduve el crepúsculo con escolta de fantasmas
busqué su palabra entre pájaros
donde el sueño cae
y en el ardor de los gatos
Descubrí lumbre plateada en el cielo
fuego y sal en la piel
usted conmigo
yo sin usted.
Fiel a su risa
con el cuerpo al viento
ajusté amaneceres
pólvora
y carne en usted
Destino por qué apurar despedidas
con qué mano escribiste adiós
urgía llenar libro de malqueridos
o fue una más de tus bromas
No encuentro sol y avenida
sin usted
soy mujer desnuda
sin mí


Elia Casillas – México
HA VUELTO EL AGUA

Los niños juegan entre las aguas.
Las hojas viejas caen,
la calle al fin se baña.
Se vino el cielo abajo.
¡Oh, bendita agua!

No, ¿Qué bendita?
¿Si ha tiempo no venías,
por qué malvadamente
hoy llegas enojada?

Ellos la adoran,
no miran su color,
eso no importa.
Ha llegado el agua,
está cayendo.
Hoy tienen en la calle
lo que en la casa falta.

“¡Entren!”, escuchan.
Mas no responden,
siguen jugando.
Ya casi lava el polvo
para ser limpia el agua.

El caño a una esquina
del techo, la reúne,
alimentando un tanque
sobrado de vacío,
carente de esperanza.

Lloran las madres,
y afuera de la casa
los niños ríen,
regodeados, cantan
hundidas sus rodillas.
Se zambullen las guaguas.

Ríen también las ratas,
los Aedes, las arañas
que habitan en los tubos
que antaño se inundaron
pero hoy ya no se bañan.

¿Cuándo regresa el agua?
El pueblo está maldito.
Si no es calor es frío,
si no es sequía riada,
agudos torbellinos
cuando el calor no mata.

Pero en el frente hay agua.
¡Saber de donde viene!
Los niños nadan.

Mas, ¿cuándo vuelve aquella,
la que la sed apaga,
la que la madre espera,
la que por meses paga,
la que en el campo sobra,
la que en el barrio falta?.


Cristino Alberto Gómez-República Dominicana
CUANDO CHILE NO EXISTA

Cuando Chile no exista
y el río se extinga

Cuando luces y alamedas
se apaguen

Cuando ya no podamos comprar
en Santiago
explotado y vacío
Entonces esperarás
abigarrada junto a un paraguas
sitiada por vendedores salvajes
y estertores proféticos

Volveremos a ser miserables
lejos del reino que queríamos

Viviremos peor
que antes de la hecatombe
O enfermaremos repentinamente
juntos
acostados sobre “nomeolvides”
de barrios blancos

Porque ningún presidente
querida
vendrá para vengarnos

Cuando acabe este país desunido
y el norte no sea más que una fotografía
o el sur una llamarada sosegada
partida en dos
por el abrazo de un gran terremoto
sacudiendo de raíz
la figura decimonónica de la Catedral

Seremos querida
los máximos vivientes
Tal vez empecemos de nuevo
la larga vieja historia del comedor
y el living
recibiendo visitas los domingo

Compraremos pan
serviremos sonidos de sal y azúcar

Porque cuando Chile no exista
nuestro papel será más exagerado

Deberemos combatir
Así es la historia
querida
Música de una pistola radioactiva
sobre un palacio
Lluvia de monedas gastadas
No te mueras

Se nos ha partido el país en dos
Aún tenemos plebe
ciudadanos
Aún nos tenemos
Aún nos queremos


Marcelo Mallea - Chile
ACONTECIMIENTO

Hoy en un día especial en la gran ciudad:
Llueve

Tu cuerpo húmedo junto al mío
me hace recordar otros cuerpos
y otras lluvias.

Valdivia,
Olor a lluvia sobre lluvias

Temuco,
olor a leña de gualle

La verdad,
prefiero no lleva en la gran ciudad


Juan Carlos Vásquez - La Araucanía - Chile
MEMORIAS

Emparejadas con la parsimoniosa sombra
Pareciera que penden líquidas memorias
Y que al caer, diluidas las historias,
Se diluviaran males en calma y tromba.
Parecieran muchas cosas. Pareciera que… Pocas.
Pero es la inmarcesibilidad de los instantes
La que desfigura y torna los elementos constantes
Que a veces sal o piel o tierra o rocas.
Pareciera que la mañana, cargada de todos los días,
Se escurre en altas sobredosis
Y que de gota en gota se van alegrías
y toma el alma su periodo de metamorfosis.
Pareciera que la tarde, en vestuario de noche,
Le quita tiempo al mediodía
Y en preludios de batalla llega el reproche
Del ausente tiempo que desconfía
Pareciera que llega el tiempo y no cesa, efluvia.
Interrumpida la línea escritural de la lluvia,
Pareciera que así termina: En tristeza.
Pareciera que así termina… Comienza.
Porque la lluvia siempre es una
Y las nubes siempre son más de dos.
La lluvia como sea es poco…
El cielo una inmensidad de dolor.
Por eso la lluvia es muda
Y el cielo impetuoso voceador.
Por eso la calma turba.
Pareciera que lo sé… pareciera que soy.
Cuando el círculo de luz se desvanece
Y la mueca del cielo dice adiós
Pareciera que la tierra amanece
O que se tranquiliza dios.
La noche tiene gesto de sorpresa,
Es una boca gigantesca haciendo: ¡oh!


Pareciera que sabemos… tristeza…
Que la lluvia… que nosotros… que más de dos.



Alejandro López Urquiza – México
SOÑAR UN SUEÑO

Quien pudiera,
cruzar el espejo
y saltar jubilosa
en nebulosas extrañas.
Bailar entre las nubes,
esquivar golondrinas.
El horizonte espiar detrás de un árbol
y temblar al dar las doce,
el campanario fantasma,
que asoma entre las brumas.
Caminar descalza sobre el musgo fresco.
Girar en torbellino
levantando hojarascas otoñales,
que se pegaran en mi cuerpo.
Hasta que la magia acabe,
por un cucú impertinente,
que la realidad marca.


Mirta Alicia Gisondi Ituzaingo - Argentina
DECLARACIÓN DE AMOR
A LA CIUDAD DE SAO PAULO


Antes de hoy sólo fui un ser sin ti
así es, mi amor, mi aguas, así es. Mi
hermana, madre, esposa, amiga, amante
después de ahora si lo quieres, si
quieres que sea tu amor, tu agua y
tu hermano, padre, esposo, amigo, amante.
Al morir quiero ser sólo un viví
contigo, y ahora, un en ti adelante.


Isidro Iturat – Brasil
ALAS FRIAS

Invierno
La madrugada
bostezó en mi rostro
Mi boca se abrió
barrera soltando un suspiro
aún adormecido
Palabras de humo
despliegan sus alas
sobre la cabellera blanca
de los árboles
Camino por el aire
perezosa
sometiéndome
a la breve jornada
Mis manos frías
reproducen
el tiempo
Me hago ovillo
al andar
Gozo las horas
minúsculas de luz
Aprendo la desnudez
de las ramas
y la densidad del aire
Invierno
nada te apura
el almanaque no existe
retiene tu gris
que imita mi ser.


Lidia Castro Hernando – Argentina
XX
Esta canción no la escuché ayer
sino cuando partió mi hermano
en busca de no se sabe qué solapa
y quedé como un reloj
donde la noche deja su rocío
no conozco otro fantasma en los recuerdos
corté la hebra que anunciaba su retorno
mi hermano está perdido
y no ocupo su lugar nací para otros menesteres
el álbum es un caballo meciéndose en el sonido de un arpa
la toca mi madre que está con las palomas
las palomas vienen a traer la infancia en las sábanas tendidas
el año aquí comienza
soy el pasado en las hojas del flamboyán
soy el presente en la inocente luz de las velas
pero quién soy
si me veo repetido en los tejados
en los vuelos de las palomas de mi madre
el año comienza en medio de las voces
mi hermano vuelve
mi madre puede consolarme
pero olvida mi nombre más allá de los laureles
que asoman por sus dedos
y nada más lejano
que el innombrable hermano que regresa.


Leonardo Hernández Cala - España
Soy.

Soy una calle solitaria, nocturna…
Soy un poema de Borges,
inmenso, profundo, laberíntico;
leído como diatriba a la ausencia
paradójica, mortal, eterna,
de un amor perdido por un aire
que jamás lo ha visto.
Soy un encuentro en Recoleta,
poblado de versos de Pessoa,
recitados por una voz sin Patria.
Soy un beso inesperado
en una fría noche en el Parque Lezama.
Soy un tango.
Soy todos los tangos.
Soy una letra de Manzi,
la más trágica. Malena. Sur. Después…
¡Qué importa del después!
Son el barrio de Flores inventado por Dolina.
Pero no soy una de sus fatales mujeres.
Soy uno de sus Hombres Sensibles,
que saben que la Vida vale menos que el Amor.
Y se juegan y van por más
capaces de todo heroísmo por un amor.
Por ese amor que nunca alcanzarán
pero luchan por merecer.
Soy la Casa Tomada de Cortázar,
y un tango de Piazzola.
Piantada, piantada, piantada…
¡Queréme así piantada!
Pero queréme…mirando al Río
que sueña el mar y la distancia
que jamás mira a la ciudad
que tampoco lo mira.
Soy una pintura de Soldi,
y una foto en sepia.
Soy Montevideo,
transformada en amante discreta,
modesta, sencilla, profunda.
Y soy una daga, otra vez Borges,
hija de una revancha que no fue
clavada para siempre
en el centro mismo de los sueños.
Soy Buenos Aires en el acento.
Pero soy un sueño de paz en las montañas.
En esas montañas prometidas por la sangre
urdidas en mis fantasías
por los cuentos de la infancia,
de una europea herencia.
Pero están aquí y me besaron.
Pero que olvidaron el rescate,
o no se animaron a pagarlo.
Entonces soy fracaso.
Eterno, fracaso,
Que gira sin consuelo
Hasta que alcance por fin su derrota.


Sandra Nélida Pécora – Argentina
ESTACIÓN COLOMBIA

El viento soplaba.
La nostalgia volaba hacia la derecha.
La melancolía a la izquierda.
La soledad las juntaba en un remolino lleno de emociones.
De un futuro quieto.
Un lago de cisnes congelado, hermoso.
No, no tan hermoso.
No tan hermoso como el baile de las hojas de otoño sobre un verde gras impecable.
Una alfombra natural corroída por matices de marrón, un colage de niño inocente, sabio.
El viento, la fuerza, la gravedad, el agua, el espacio… ¡La tierra!
El frío tan profundo de los Alpes.
La distancia de mí hasta ti, de Francia a Madrid.
De todos los elementos sólo uno faltaba.
Uno que es rojo, naranja y amarillo.
Uno que da calor.
Para el que hacen falta dos.
Mi próxima estación.


Carolina Mora Jáuregui - Perú
MADRE TIERRA

A ti, Gaia, Madre Tierra,
Perdónanos porque
no sabemos lo que hacemos.
Sorbemos de tus senos
leche, maná;
sin embargo, destruimos
el vientre que nos engendró.
Hemos contaminado el aire
y tus pulmones destrozados
apenas respiran.
Tu, Madre, a cambio
nos otorgas el aliento diario.
¿Qué hemos hecho con tu sangre
para que ese rojo brillante se torne negro?
Y a cambio nos regalas el frescor
de la savia renovada.
Juntemos todas las manos
para curarte, cuidarte, consolarte,
y ofrendarte una pizca del amor
que tu derramas sin medida
todos los días.


Marisa Serrano – España
LÁGRIMA

La gota descendió de su rostro
rozando la pálida esencia de su velo,
sus almendros giraron el espejo
y la pupila decoloró lágrimas…

El instante penetró en triste llanto
y los ojos difuminaron el tiempo
con el color transparente
de un sollozo.

Sus labios tragaron las gotas
de dos astros que, desde arriba,
se hundían en ojeras…

Y el río se filtró
por los pasillos del espacio.

La lágrima cayó al vacío
y su gota se hizo árbol.


Rosario Sabariego Gómez - España
Hoy me abracé a tu alma
y volé por espacios de colores,
por veranos donde los otoños
se adelantan,
por esa sombra de beso
que esperará mañana.

Hoy me llenastes de caracolas
y tendistes tus manos
sin miedo hacia la nada.
Déjame que te mire
para llevarme tu recuerdo
y esa infinita nostalgia
de no tenerte en mi casa.

Buscaremos un tiempo
donde encontrarnos,
alguna tarde de invierno
con olor a agua.
Y allí donde todo es azul
habrá un reflejo de mar.


Lupe García Araya - España
ES EN EL AIRE

El humo en el humo
El aire soplando muerte
Es el Sol en el Sol
El Hombre en el Hombre
Es un dios respirando en llamas
Es el Sol en la tierra
Es un polvo áspero
Es en toda la sed
La boca abierta
En el Sol
Las llamas que llaman
Los vientos que arden
En el Sol ardiendo
Los cuerpos quemantes
En el Sur de América
El Sol es el Sol quemando
Las hojas húmedas en el humo
Es el tajo abierto de la tierra
El Sol incendiado
En el fuego que va por el mar
En el último quejido despertando muerte
En la tierra toda muriendo
En el Sol
El fuego y toda la sangre
El corazón de los muertos
En el desierto callado
EL MUNDO EN MI CUERPO TODO

A. F. Gorosito - Uruguay
EL BARRIO DE MI INFANCIA

Pasé por aquella esquina
y se me agolpó la infancia
el recuerdo de una calle
donde casi no había casas.
Cuando perdía la vista
en extensión de distancia
divisaba allá, a lo lejos
las casitas más cercanas.
Y las zanjas desbordadas
cuando la lluvia llegaba,
y cuando andaba el invierno
un manto blanco de escarcha.
El paso raudo del tren
por las vías muy cercanas,
serpenteando entre la hierba
como una cinta de plata.
Los huellones de los carros
el manso paso de vacas,
agitando campanillas,
muy temprano en la mañana.
Y en colorido vergel
en explosión de fragancias,
las plantas de blancas flores
el perfume de naranjas,
el huerto que hacía mi madre,
y su canto en las mañanas,
por las ventanas abiertas
se escapaban sus palabras.
Anoche cuando pasé
por la esquina de mi casa
se adueñó de mis sentidos
una profunda nostalgia,
se me arrasaron los ojos
con un torrente de lágrimas
y un recuerdo intenso y dulce
me habitó e inundó el alma.


Estela Pasaglia-Argentina
LA COLINA DE LAS MIMOSAS

Gotea el silencio.
En la ligera oscuridad de nuevo caen torres
y pensamientos levantados entre la atmósfera de los cipreses.
La luz dibuja susurros de agua y aire,
un rumor de piedras empuja a meditar,
sintiendo cómo se desliza la seda por el rostro,
delicada,
sobre los párpados cerrados
hasta abandonar los labios.

Así se desvanecen los sueños,
y así regresan, por la ladera
entre las mimosas floridas,
a buscar un encuentro
con el ansia de tenerlos,
y la mano a los ojos
que, soñando, creen ver
subir la claridad, que trae enredados
en el viento, ¿porqué no?, deseos,
castillos temblorosos,
tiernas mañanas a tu lado.


José Javier González – España
Mi casa es historias en los tendederos
libros escurriendo sensaciones
que intentan revivir las fotos enterradas.
Beto dice, “la vida no es buena ni mala
es sólo vida”, la misma para todos
terrenos baldíos repartidos equitativamente
cada cual hace con su parcela lo que pueda,
-la mía escondida en la ciudad más grande de todas las
ciudades
donde la gente vive parchada-
la habito con mi familia.
Vivimos en espera de algo
a veces llega un poco, pero es tan poco
que no logro identificarlo.


Teresa Esparza Oteo – México
REDENCIÓN

Es ella, la otra,
la que olvida
la que huye
la que mata.
Es ella quien ríe ávida en la cama
la que no puede contra el ansia y se lanza a las uñas
a los gritos a los gatos
a golpear ideas lejanas contra las paredes.
No soy yo.

Los días se pierden en el éxtasis de la tarde
cuando la luna gime
y ella come el viento
y ella insiste.
Terriblemente llena de vacío, se cansa de sí misma y corre a ningún lado.
Tengo que soportarla porque no podría estar sola.
Vivir sola.
Y es ella la que mata.
En la noche la arrullo con lágrimas,
las convierte en estrellas y se ríe de mis lágrimas.
Ella no llora la muerte
Ella es la que puede
la que deja
la inconstante y terca.
Me despierta su risa,
su incontenible deseo de búsqueda
-Ella le llama búsqueda a la huída-.
Huye de nosotras porque odia el ruido
y yo no entiendo su silencio.
Ella es la que rompe la que incita
la que habla.


Xitlally Rivero Romero - México
A LA MUJER QUE FUI

mi nombre entra a una lágrima


Yo te vi en mediodías ardidos de verano
cobijada en el frescor de sombras y de ramas.
Te vi tejiendo anillos con la felicidad
mientras cerrabas pactos de infinito.
Con la boca dulce, te vi, llena de verdes.
Danzabas sueños hechos de paisajes.
Eras colibrí que libaba en el amanecer más hermoso.
Bebías palabras, escribías poemas.
Te nacieron libros –¿recuerdas los años?- .
Te llenabas de pupilas tatuadas de cielo.
Yo te vi sentada junto a la alegría;
correr en grandes círculos jugando al mundo.
Regalabas frases; perseguías insectos invisibles.
El día te estallaba de luz perfumada de voces.
Ella –la pequeña de pestañas blancas
y mirada como almendras- ,
olisqueaba el aire, la vida, el pasto.
Las otras volaban, rodeaban tus libros, picoteaban arroz.
Te vi rodeada de amor en tardes que partían.
Te vi en invierno, cálida y feliz.
Recogías en otoño hojas escarlata y admirabas su belleza.
Te sentías plena con los brotes de septiembre
y con lluvias de octubre bordabas la dicha.
Te vi plácida entre árboles junto a la eternidad.
Sí; yo te vi. Eras mucho, mucho más
que esta pobre mujer que hoy esconde sus ojos.
Mucho más que esta tristeza.


Susana Cattaneo - Argentina
HOMBRE ENTRE DOS ESPEJOS

Esta búsqueda ciega e infinita
a la que nos condena el pensamiento
hace de nuestra vida un vano intento
que al fin toda esperanza debilita
Pero la otra vida la gratuita
La que es tan sólo acción y movimiento
aunque a veces nos llene de contento
al fin nos empobrece y debilita
Ni la potente luz de las razones
ni el destello primario del instinto
pueden iluminar toda la vida
En nuestros intrincados corazones
Hay siempre un serpenteante laberinto
Del cual muy pocos hallan la salida.


Alejandro Félix Raimundo - Argentina
El cristal estalla en piedras ajenas,
entre polvos ardo infiel en sutiles prendas,
derramo sangre por lluvia,
caigo en deseos espumosos casi como acuarelas débiles,
sumerjo mis dedos en piel picada por oxido,
me sirvo sus pies con vino ceniza,
parpadeo en él;
quebrado arcilloso sigo vivo en tus silencios...


Carlos Paúl Colina Chacín – Venezuela
CALLE CORRIENTES.

Nos viste pasar por tus veredas
calle Corrientes de Buenos Aires.
Pudimos caminar en una nube
flotando en el compás de una locura.

Sonreímos teniéndonos al lado
abriendo nuestro paso en el gentío.
Olvidamos la multitud y sólo
disfrutamos la noche y sus estrellas

Nuestros ojos con gran sabiduría
cobraron súbitamente vida nueva.
Fuimos mar, olas y deseos
ahuyentamos los fantasmas y los miedos.

Dejamos grabados nuestros trazos
por todo el arco del camino.
Ni la piel nos marcaba distancia
corazón enhiesto, sabor en el alma.


Oscar Néstor Galante – Argentina
SOLEARES

Ay, este cuerpo de dolor
que de mis manos escapas
sin resistencia, sin valor.

---

Las voces de injusticia
cuando se hacen corales
son solo palabras sucias.

---

Pones en los hombros un muerto
con la intención sesgada
de abonar tu propio huerto.

---

La culpa, es culpa mía
porque sale de mis entrañas,
o porque el odio las cría.

---


Sentir, no sólo lo siento,
que es gran pecado mortal,
mi lengua sabe que miento.


Miguel Ángel Villar – España
LA CREACIÓN

Manos que se alargan
se agrandan, contactan
en un gesto de amor.

Manos cuyos dedos
se buscan,
se tocan.

Manos que dan vida
que piden clemencia
que claman perdón.

Manos que construyen,
destruyen,
aman.

Manos, símbolo
de la humanidad.


Diana Scheines – Argentina
CONFESIÓN

Las páginas mustias
de mi viejo libro,
que son cual ventanas
donde puedo ver,
pedazos de vida
mechados de sueños,
y mil esperanzas
que he visto...caer.

A veces en una
de tantas historias,
hechas con vivencias
en mi deambular,
me encuentro de lleno
tropiezo con ella,
y en mi desespero
me pongo...a llorar.

También he guardado
entre esas hojas,
momentos de dichas
que supe tener,
envuelto en los pliegues
de mis utopías,
no había imposibles
no había imposibles
y el mundo...al revés.

Boris Gold - Argentina
DISTINTO

Si te envuelven historias
De perlas y piratas
y puedes ver en casa
orquídeas y bromelias,
dan ganas por momentos
de ser un poco loco.
De no ser siempre igual.

De asirse de un madero
al mar de las antillas
y soñar que no es lunes.
Que ya no existen más.

Por dios qué maravilla!
tan solo por un día,
sentirse que uno es otro
y que el otro, ese día,
dejó de ser igual.


Mario González – Venezuela
EL SUEÑO PERFECTO

Me tocas con tus ojos aún a la distancia,
y tus manos de niebla recorren mis secretos.
Es tan audaz el goce de las bocas con ansia,
que nada me interrumpe, es un sueño perfecto.

Se pasea tu cuerpo sobre mis avenidas.
Las calles de mis piernas, el valle de mi seno.
Las montañas erguidas, que no tiene salida,
mas que cuando respiro y te siento tan pleno.

Llegas para quedarte en mi interior dormido,
con tu espada flameante de ángel desbordado
por la pasión y el hecho de saberte querido
mas allá de mi cuerpo, al que ya has conquistado.

No quiero abrir los ojos y que te hayas marchado.
se que es tan solo un eco de mi propia memoria.
la que te apresa y quiere que estés enamorado
aunque ya nada quede de aquella...nuestra historia

Claudia Villafañe – Argentina
FICCIONES NEURÓTICAS

Ojos de tigre acechan desde donde
Poseidón lanza un grito intempestivo.
Emite el bosque un cántico aprensivo
y así Perséfone veloz se esconde.
Hermes desaparece,¡no responde!
Resurgen las gramíneas, grandes lagos
ahogan los monólogos aciagos.
¡Intrépido es Dionisos! Ya se marcha
con sus rastros de vino y fresca escarcha
que suprime el dolor y sus estragos.

El viento roza el cuello de Afrodita,
rechinan los furiosos abedules;
profieren sus bramidos los azules
destellos de Harmonía. Necesita
prefigurarse una fusión bendita
entre el cielo y el sol ultravioleta.
Como una bofetada atroz, secreta,
se transformó el rencor en agua espuria,
y gimió la frenética lujuria
¡sonando el arpa de un anacoreta!

¡Huye del yugo que sagaz te aplasta,
divina hurí! Tu espíritu se aja
igual que se hace añicos una alhaja.
La tenue estela de una lengua casta
se acerca a la fruición iconoclasta.
Ah!, brahmánico sueño que aletarga,
borra Artemisa su sonrisa amarga;
la desesperación hecha fantasma
genera paranoias. Y se plasma
el clímax del temor que nos embarga.

¿Adónde fue Pasífae? No se asoma.
Raya la tarde, la silueta oblonga
de Pegaso, en el cielo se prolonga
aun más; estableciendo así el axioma
de la apariencia como engaño. Toma
Zeus la mano de Leda, que lo evoca
como un gallardo cisne de barroca
belleza. En un lugar Cronos razona
sobre la esencia humana. ¡Ser persona,
ser mortal!, vocifera una gran boca.

¡Qué vivan las orgías abisales!
Aquí entra Eros, vivo e impoluto;
Sísifo apaga su tedioso luto.
Viene Pentesilea. Sus sexuales
atributos ostentan aunque los males
se presenten. Las églogas de Orfeo
vibran estimulando a un corifeo.
¡Apocalipsis! Se oye un alarido
proveniente de lo desconocido
y se anulan los lindes del deseo.

Vienen a desfilar sobre una alfombra
con la bandera de un feliz augurio,
Hadas y Gnomos. Sale del tugurio
del averno el dios Hades con su sombra.
A la ilustre Atenea el gran Zeus nombra
como de nuevos sueños la maestra.
Y llora con ahínco Clitemnestra
gestándose un Poema de prosodia
exquisita. Y Apolo lo salmodia
hincándose con clase de alma diestra.

El mar cae en un hondo paroxismo;
suicidios de las lágrimas de luna
se ejecutan sin pálpitos de alguna
mejoría. Florece un cataclismo
que da vida al sutil Romanticismo.
Oh! jardines de prístina blancura:
no ocultéis vuestra tímida ternura.
¡Mujeres que recobran la tibieza:
el máximo esplendor recién empieza,
se carga la libido de bravura!

Mil noches duerme Gea, y se celebra
la fuga del malvado Belcebú.
Nubes de opio de matiz hindú
embellecen los montes. Una hebra
de mayestática Locura quiebra
cimientos de la inmensa Babilonia.
Reconstruyen su sólida colonia
los Titanes. Impera el color té
de los finos cabellos de Ananké,
que bosqueja su propia ceremonia.

Las Ménades derrotan al encono
y las Horas (que escapan de su pompa)
temen que la armonía se corrompa.
Mugen los hierofantes con su tono
peculiar contra el pérfido abandono
del Placer... Se aproximan a su fin
las oscuras tonadas del esplín.
Ares vomita su furor volcánico
y Psique con amor humilla al pánico.
¡Es tiempo del Olímpico festín!

Sumidas en su esquiva aristocracia
van las Moiras, que tejen el Destino.
Arriba el erotismo sibilino
de las Musas, que están llenas de gracia.
Regresa la ampulosa idiosincrasia
de Atenea. Se aviva lo inseguro
de los hombres. Prodígase maduro
y febril un secreto: de repente
Apolo (por natura inteligente),
devela el fruto del Amor más puro.

Se alza Niké con magistral semblante
neutralizando flujos de una crisis.
Vuestra Naturaleza, madre Isis,
exhibe su Verdad en un instante.
Cantan con ilusión Homero y Dante;
desde Oriente, un ciclón de fantasía
sopla burlando a la Melancolía.
Las Hidras de ultratumba, taciturnas
se adormecen con fábulas nocturnas.
¡Triunfa la colosal Sabiduría!


Santiago Lecchini - Uruguay
PRESENCIA

Entré en tu cuarto
pocos días después de tu muerte.
Tu cobija a cuadros rojos estaba
cuidadosamente doblada
sobre tu cama.

Me envolví en ella y
me senté en el piso.
Olía a ti:
una mezcla de tu perfume
medicina
jabón talco orina tú
tú en tus
últimos días.
Tu olor impregnó el cuarto
—tu cuarto con tus libros
tu espejo tus cuadros—
llenándolo con tu presencia.

Me quedé así, envuelta en ti,
hasta que tu olor se disolvió
y ya no pude tocarte.


Vivian Watson – España
"15 SEGUNDO"

El barco de tus pasos
navega,
se detiene;
frente al arsenal de manos
que van tejiendo
la constelación de nuestros sueños.

El tiempo languidece,
se pierde…
y quince segundos son suficientes
para sabernos inmortales.

En la pared del alma
una fotografía marca el rostro
en años…
Mientras que la nostalgia,
nos esconde el sol,
desdibujando el horizonte
y borrando los recuerdos…

Para quien sabe de eternidades,
no es necesario que el mar le cobije las fantasías;
ni que el llanto le humedezca las heridas,
porque aquel que vive en el infinito
conoce de la pasión del vacío….

Mariana Pequeño - Venezuela
EL NEGRO Y BLANCO

La noche se convierte en anillo de boda
Penetra la oscuridad por cada rincón
Velo opaco como colcha extendida
Sobre la calle, la esquina, en el callejón
Es techo, es fortaleza, es compromiso
Nace del corazón y se funde con la razón.
Espesa neblina que impone sus límites
Infiel a lo que le pertenece corrompe la visión
Para que pueda ser oscuridad necesita al día
Los contornos se dibujan, las formas nacen
Claroscuros sobresalen en la superficie del abismo
Brillan los montículos como chispas centelleantes
Entonces la nada empieza a formarse gracias a la nieve
Como corona de azahar ciñe su fría soledad
Cubierta de primavera te entregas a la oscuridad
Para darle forma a la vida y sentido a la escritura.
Surge así un torbellino silencioso, jamás se calma
Es tornado, es huracán, es tempestad,
Energía que impulsa el declinar del día
Jersey de fuego pegado a la piel que la alimenta.

María del Carmen Rosero - Colombia
PARTICULAS FUGACES I
A Juan Bravo

¿Cómo has podido tú
Tatuar la edad de lo eterno?
¿Dónde has podido mirar un paisaje sin imágenes?
Quizás
Entre secretas ciudades inmortales
Robas color a la memoria
Descifrando sin penumbras cárceles
O es que al poblar de nostalgias el recuerdo
Algo derrotó la razón
Y sin injurias ni yerros
Melodías no concebidas abren estos lienzos
En vago espejo del ser
Como quien canta insinuaciones
Claves que el ojo ignora
Ese vulgar ojo negro
Por donde escapa distendida la luz
El ojo de la carne digo
No el inmortal que nos devela
Una gravitación o una presencia
Avocado a revelarnos en lo intemporal
Un arquetipo de memoria
Mas
No quiero confiar en lo que fundas
Basta con sentir esa realidad
Limpia de voces fatigadas
Basta con sentirla pura en el reloj
Sin horas de Dalí
Basta con sentir el arco iris que desvainas
Cuando inauguras pezones y formas irreales
Desprovistas de vértigo
Formas que alguien colgó del mito
¿O del rito?
Sí del rito
¿O del mito?
Del mito o del rito de presencias diluidas
Que hacen muy insistente esto que veo y siento
Y que a veces niega mi mortalidad
Y descose a destajo mi roído retorno
Sin embargo
Heme aquí
Situado en el lugar exacto
Donde converge sin traducción el color de la nada
Heme aquí sólo
Sin máscaras
A la espera de que se derrame
Mi delirio ya sin bordes


Roberto José Adames - República Dominicana
//
Todas las noches
viene mi sombra a despedirme.
Ata los cordones del amor
a los zapatos de la cama.
Traza el sitio exacto donde he de volver,
donde está el círculo
de mi sueño afilado a los costados.
No puedo quedarme en el tren
que atraviesa mi sangre.
No puedo bajarme en la estación de mi vida.
Una ciudad canta su tristeza
con la garganta rota
y vuelvo inexorable,
a mi esqueleto de rata
o de mujer sombra que viene a despedirse.
//

Yadi Henao - Argentina
BUENOS AIRES

Buenos Aires mi terruño
soy decidor con carencias
y hoy le canto a mis querencias
aunque me olvide de alguno,
tango “sur” y paredón
Luna Park y un tal… Monzón
Buenos Aires sos aquel
cantor que se fue primero,
Buenos Aires sos Rivero
y sos otra sin Gardel

Buenos Aires sos Palermo
una tarde de domingo
sos zoológico y sos pingo
y el rosedal que es eterno,
Buenos Aires capital
del absurdo nacional
pizza, obelisco y… piquete
sos paisano en la rural
Lavalle… la peatonal
y el bendito canal siete

Buenos Aires que en enero
te escondes en la rivera
yerba, termo y costanera
cabernet, Puerto Madero,
Buenos Aires la del humo
esta noche hay serenata
el “Clemente y la Mafalda”
te darán una cantata
de galera y minifalda

sos el subte y su misterio
que viborea bajo tierra
el cabildo que aun encierra
fantasmas cual cementerio
Buenos Aires sos leyenda
sos el once con mil tiendas

sos San Telmo el anticuario
que colorea antigüedades,
pródiga n veleidades
sos la reina del estuario

sos el punga lanzador
y el mendigo inerrante
o ese porteño pedante
con fama de vividor
sos el gato… que camina
del buzón… hasta la esquina
en estadios o potreros
sos fútbol y sos color
sos folklore del mejor
de Núñez a matadero

sos turista caminante
y crisol de mil raleas
sos mateo que pasea
su estampa trashumante,
sos mixtura provinciana
y la típica bacana
de Callao esquina Guido,
sos el verde de mil plazas
fuiste cuna y sos mi casa
mi Buenos aires… querido.

Buenos Aires, entendedlo
no existís, sin la Merello
sos el piola del porteño
que hace trampa en un telo
Buenos Aires sos riachuelo
diferente al de Quinilla
cara sucia y glamorosa
le cantas la falta envido
a ese pibe limpia vidrios
que ni soñara Mendoza

Buenos Aires sos… lunfardo
sos stress, banco y corrida
sos la city, y su movida
donde no existe el letargo
sos el sábado a la noche
y el cartonero en su coche
sos la AMIA y LA EMBAJADA
sos el duelo para siempre
de esos chicos que un diciembre
se mudaron a la nada

Buenos Aires sos… La Boca
con olor a bombonera
sos Discepolo y Lepera
sos el Diego y sos la Coca
sos también la recoleta
con su gente tan paquete
sos un cacho de autopista
sos retiros y Tribunales
sos tus villas y sus males
y la humedad… siempre lista

En tu jungla de concreto
ya no hay más empedrados
lo de ahora… es el pre-metro
sos Florida y Diagonal
sos la mina pasional
que esperaba en la cortada
ya no existe el sabalaje
hoy el “junar” es fichaje

¿y la mina? … la mina es jubilada
sos linaje en ese tango
de Piazzola o de Salgan
sos Cadiamo y Cobian
sos la Yumba y Flor Fango
desde Troilo a Dagostino
y de Vargas a marino
sos legado y potestad
de sentir a cada rato
el compás del dos por cuatro
Buenos Aires… mi ciudad.


Oscar Puente - Argentina
CARTA DESDE MONTREAL

(a un amigo latinoamericano. Montreal, enero 1996)

Aquí hermano
En esta urbe descomunal y concreta,
A la temperatura
En que hasta el alma se congela
Disfrazado de invierno,
Refugiando la tórrida sonrisa
Apretando los maxilares
Escondiendo la lengua
Cansado de gritar carazos
Sin que nadie me entienda.

En mi estancia glacial
Copio imágenes
Que perciben mi cuerpo

Veo la mirada triste
De un latinoamericano
Y la copio
Veo su hambre
Y me duele
Siento el abrazo afectivo
De Ulises
De Amaru
Y lo copio

Siento el beso
De una compañera
Una noche
Y lo copio

Después
Siento la muerte en sus brazos
Y vivo
Después
Dejo el espacio humano
Y muero.

Y… los cholitos
Los pastusos
Y los centroamericanos,
De voces tiernas
Néctar dulce
De la América eterna

Hermano
Cómo lloran mis ojos
Al verlos cabizbajos
Bailando afrodisíacos pasos
En los subsuelos,
Sandungueando merengues
Adormecidos por la tristeza
Engañando las cuecas.

Usted no lo va a creer hermano
Usted que hace del arte virtual
Un experimento.
Imagínese
En un lienzo, una musa
De infinitos surcos
En la comisura de los labios
Cantando huainos,
Y un auditorio de cuervos
Con sus maletines llenos,
De mentiras llenos.

¿Los pastores?
No crea que son como el flaco Jacinto
O el negro Raimundo
Desgarbados y enjutos
Arreando ovejas macilentas.

No hermano
Estos son gordos y rozagantes
Finos gourmet
Sentados a la humilde mesa
De sus fieles ovejas
Apipándose de pupusas
Frijoles
Cebiche
Y tamales.

Poeta
Aquí no hay
Perros muertos de hambre
Como los chuchos
De la comadre Teresa,
Esos eran guiños que lo miraban a uno
Como hermanos en democracia
Desde las puertas del restaurante.
Nada de eso
Tener vida de perro aquí
Es verdadera vida
Mientras tengas la cadena puesta.


Fredy Ramón Pacheco - El Salvado
OS PIDO PERDÓN

Perdón pido al aire por este oxígeno que respiro.
Perdón pido al cielo por este azul que no merezco.
Perdón pido a los mares por esta agua que bebo.
Perdón pido al los campo por este ramo de flores.
Perdón pido a los árboles por escribir sobre papel.
Perdón pido a los bolígrafos a los que he molestado tanto.
Perdón pido a mi corazón por la música de mis latidos.
Perdón pido a mis ojos por dejarme ver en colores.
Perdón pido al sueño por alejarme del insomnio.
Perdón pido a los poetas por soportar mis cantos.
Pido perdón al mundo por dejarme vivir en él.
Pido perdón a la Tierra por estas malditas guerras.
Pido perdón a la sangre por la muerte de inocentes.
Pido perdón al hombre por esta ONU de ineptos.
Pido perdón, perdón, perdón pido a la inteligencia,
a la sensatez,
a la verdad,
a la cordura.
Pido perdón al primer mundo que no merecemos.
Pido perdón, os quiero pedir perdón,
infinito perdón os pido.

Ramón Fernández Palmeral - España
COMO HIJO DE CAÍN

Como hijo de Caín
llevo en mis genes
mi propia destrucción.
No asesino abeles
pues se encargó
mi padre de ellos,
asesino como él hizo
la pureza de mi alma;
recorro las sendas oscuras
siguiendo sus huellas
hacia la autodestrucción;
me suicido en culpas,
me castigo en remordimientos
mientras mi mente agoniza
bajo golpes de conciencia.
Me arrastro por el fango
huyendo de mi sombra
que cruel me persigue
recordándome quien soy,
mostrándome en el reflejo
de la oscuridad de su mirada
mi transformación en ella.
Ya como negra tiniebla
me diluyo en niebla de nada
hasta un anochecer siniestro
donde renazco en mi caos.

Como hijo de Caín
llevo en mis genes
mi propia destrucción
asesinado una y otra vez
a mi Abel interior.

Carlos de Miguel - España
POEMA I

Los libertadores
Han encerrado a sus « ciudadanos »
En cajas llenas de otros « homo-sapiens »
Los caminos no llegan a alcanzarme
Una voz del más allá me encierra en sus brazos

Después de este libertinaje
El grito del infierno
Puede ser interpretado
Por una melodía de Chopin…O…
Por la sombra de un pájaro
en vuelo

Querida mamá
He visto a un hombre cubrir el escenario con su sombra
He visto a un hombre
Sudando la bandera de un país

He escuchado la música de un indígena
Invitado de honor a esta fiesta
De metralletas
En blanco y negro
El arrastraba su cuerpo entre los escombros
Como quien camina sobre la certeza

He visto a un hombre
Con sus dos piernas. Su pantalón. Su camisa
Con el regocijo de escondernos sus palabras
En el sonido sublime
De vivir desgranándose, en la serenidad…
Del agua que habita la tierra

Yahaira Salazar – Francia
SERÁ...

Será que estoy un poco húmeda
de hueso y carne.
Será que el pasado fue parte de la novela
develada
atormentadas noches y secretos de amor
prohibido.
Será que en un tiempo remoto
la soledad oscureció instantes
y nadie salió en defensa.
Será que hay batallas que el destino
nos permite ganar
y otras no
como un sino que está escrito.
Será que uno va cambiando
los arrebatos dejan de ser incendio
y pasan a ser llama
o destellos inhóspitos.
Será que la adultez corrompe
parte del asombro
y la ingenuidad de los primeros días.
O será que como el ave fénix
estoy nuevamente renaciendo
dispuesta a todo
por vivir.

Claudia Ainchil - Argentina
Zapatos de goma,
con los cordones en alto.
Tamaños,
Colores,
Marcas,
Diseños.
Pueden verlos, más no tocarlos.
Tienen el dinero, pero su adquisición es imposible.
Basta mirar bien, en vez de ser una zapatería cuya vitrina invita a contemplarlos, no es,
Un espejismo,
Porque si fuera un local como cualquier otro, resulta que esa exhibición es de alambre y de hierro.

Elizabeth Valero - Venezuela
El tren

El tren me llama
con sus dedos de hierro.
Pueden alfombrar los pasillos con mi piel,
rellenar con mi carne los asientos,
continuar con mis huesos las rieles.
Podrán echar a la caldera mis papeles
y hacer con mi sangre tragos largos.
Inútil proeza de matar lo muerto,
confusión entre tinta y palabra,
pájaro y vuelo.
La música, señores, no es un pentagrama.

Gabriela Robledo - Argentina
CADA LOCO POR LA GRAN AVENIDA

Anda cada loco por la Gran Avenida?!...
No me gusta hablar de cosas personales
Si ni siquiera soy persona
Debiera hablar de ufología
Ando como en una gran molécula de polvo
No me gusta hablar de cosas extrañas
No me gusta hablar de cosas personales
y todos son persona
Debiera hablar de especies
de espacios llanos y prolongados
y distantes en las almas que rozan
la delicada cara de los crepúsculos,
mientras una dueña de casa espera el frío
para cocinar como su madre le enseñó,
para sentirse agraciada, conmovida.
Los locos se visten como yo.
Ando como en una gran molécula de polvo

Mauricio Torres Paredes – Chile
PLANTAR UNA CONVERSACIÓN

Ella le hablaba
de que nunca se hicieron una foto
del lagarto que compraron juntos
y aún vive con ellos
de bailar sin pisarse
de la cicatriz de niña
que la falta no recuerda
Él le hablaba
de no importarle
la forma del árbol
ni hacia donde crece
de retratar la calle
robando sonrisas
Ella le hablaba
de que le arrojara migas
de entusiasmo
en una conversación de tres
o de que le pisara los pies
por debajo de la mesa
de su tendencia a mirarse
en los espejos de los retrovisores
Él le hablaba
del tiempo
le repetía
lo que había aprendido en los libros
del niño bueno que no mata hormigas
y corría calculando el tiempo
y cocinaba para matar el tiempo
Ella le hablaba
del árbol
si encontraría su raíz
de su forma abandonada
a merced de la naturaleza
de si crecía torcido
y si era necesario volverlo a plantar
y él le hablaba
de que hablaba por hablar
y el silencio llegó como un rayo
que hubieran estado fabricando
todo este tiempo
y que el lagarto
que compraron juntos
no recuerda
Ella le hablaba
del tiempo
de ocuparlo con él
de no darle la nuca
y correr deprisa
a llenarlo de montes
y baños en los ríos de ciénaga
a beber vino con melocotón
y encontrar las cosquillas
que le suben por la nariz
de su infancia
y se derraman
en el temblor de su vulva
Ella le hablaba
mientras él decía
que hablaba por hablar
y ellos
que amándose
cayeron en la cuenta
del cansancio
que se levantó como un árbol
en forma de muro

Pepa Ortiz Moreno - España
CUARTO MOVIMIENTO: LOS OJOS EN LA VITRINA

La soledad se disfraza en un instante

Absolutamente recta
Frente a los objetos expuestos

expuesta yo

Los ojos con una dirección rotunda
miran al frente buscando
como engañar el tiempo
El disimulo del fastidio

Es fácil dar la espalda al mundo
al mirar una vitrina
Engañar la pesadumbre
de no esperar a nadie
Ver pasar los que pasan
a través de un reflejo

Entonces mis ojos están en la vitrina
No en los objetos
Ni los maniquíes
sino en mí
en lo que se ve enfrente
y se fulgura atrás

El cuerpo no pretende girar
porque así los ojos
pueden fingir

Y nada me exhibe
Y nada me enfrenta

Me siento entonces parte de ese adentro
Como una pieza descubierta

Y a la venta


Mónica Lucía Suárez – Colombia
UN MOMENTO

Mis manos apretando un enorme copo de nieve.
Mis manos aferradas a la cama en el momento de dar a luz.
Mis manos acariciando tantas espaldas, (la tuya cable pelado, por encima de todas)
Mis pobres manos sosteniendo novelas del siglo XIX, (y cortando la puntita de la hoja ya leída)
Mis pequeñas manos descubriendo el placer, rabiosa fuga de la realidad, antídoto precoz, prohibido.
Mis manos cortando papel glacé de color celeste y blanco, para hacer una bandera argentina.
Mis manos, diez años después, aferradas a la silla de la policía, en un interrogatorio.
Mis manos paseando por la uñas negras, torturadas, de mi amigo Luis.
Mis manos plantando “alegrías del hogar” sobre una tumba.
Mis manos limpiando tu culito tan pequeño, cocinándote, bañándote, rascando tu espaldita y levantando la frazada hasta tus hombros, bebé.
Mis manos presentándote el mar, y el mundo.
Mis manos diciendo adiós para siempre a mi padre en un aeropuerto, diciendo adiós sin saber que era precisamente eso, adiós.
Saludo a mis manos, hago un alto en su camino.

Karina Álvarez Toledo - España
El viento parece decirme que tome tu mano, levemente me impulsa con su brisa a cogerla.
Miro nada mas como se balancea.
Me pregunto si espera que la sostenga firmemente o si disfruta y me advierte que es feliz siendo libre.
Intento pensar en otra cosa, una hoja cae por culpa del otoño que se acerca, instintivamente intento detener su caída.
Lo único que logré fue apresar tu mano, como si el mismo otoño la viniese a marchitar.

Miriam Natalia Rosales Gaete – Chile
NO TE CALLES…!

No te calles…, NO!! ..., no te calles!!!
Donde halles un golpe…, no te calles…!
Donde la violencia acuda contra ti,
contra cualquiera…, No te calles!!
Será tu silencio el otro golpe:
el que faltaba…, el del remate…!
Hombre.., Mujer…, ó niño…!,
o bestia…, o árbol hecho pasto de la ira!,
No te calles… No te calles!
También TU serás terror..,
horror, desvanecimiento…!
Disparo inútil de la guerra,
de las tantas guerras inútiles
del odio por el odio..,
de la avaricia brutal,
de la venganza ciega,
del desatino…! No te calles!
Que tu grito nazca del fondo
negro de tus tripas!
y se expanda libertario,
conciencia tras conciencia!
Que derrumbe razones de intereses!
Que sepulte impunes cobardías,
exabruptos vanidosos incontenibles!
Si te callas, una mano crispada
de dolor, de angustia, de injusticia,
buscará justicia en tu silencio,
y serás necesaria cobardía
amparado en el gesto indiferente
de monstruoso disimulo.
Cuando calles, sea si
porque es tu muerte
por matar la impiedad de los violentos!
Por alzarte, Pabellón de libertades,
sobre el fango brutal de la ignominia !,
Y el silencio que te premie
por tus gritos de justicia,
volverá a ser grito en otras voces
que vendrán entonces a gritar por ti,
por todos, reivindicando el valor
de gritar contra el suplicio…!
No…! No te calles!!

Horacio Mario Aguilar - Argentina
ESENCIA

Disparo ponzoñoso.
Palabras de cicuta disparadas
presentida pasión…

Ojos cabriolean ante inesperado suceso y orejas gesticulan a los
Vientos
Celos enervados
Miradas de anticristo declaradas

Fugitivos mortales encendidos
…Y ahora…
¡Que si aguzas los sentidos y te ven,
se escandalizarán!

Perdido en busca de señales, lo que puedes tener lo tienes ya.

Aunque sea una mirada pides…

Ayer murallas de tela cerradas
cuando escurridos los miembros bajo sábana, unidos en
convergencia
Estallido de voluntades y
ahora… ¡ingrato! sólo pides una mirada
¿No lo recuerdas?

Poros hambrientos manaron deleite penumbrado
Olor prohibido para los virginales,
Ejerciste el derecho de vivir aún
cuando el corazón latió su sentencia

¡Ay, corazón, corazón ¡ cuando tu corazón amilana! Déjalo latir, vivir, déjalo desangrarse…

Humedece vendaval mi espalda
Con manos agua recorre
llanura gestando lúbrico efluvio

Y al final de la expedición, deja tu cabeza recostada en mi vientre
cuando el desvanecimiento te duerma.

Cuando el espejismo se enmarañe en
complacencia perpetua.

Alma Rosa Tapia – México
POEMA SOBRE DOS RUEDAS EN CUATRO TIEMPOS.

I DESCUBRIMIENTO.

Cuando aprendí a montar en bicicleta
luego de un rosario de caídas
moretones y algún raspón en la rodilla,
descubrí que se podía lograr
algo de equilibrio sobre este mundo
tan inestable por terremotos, huracanes
y las ocurrencias –como guerras nucleares-
de sus inquietos habitantes.

II DEFINICIÓN.

La bicicleta es un maravilloso artefacto
con dos ruedas, cadena, sillín, manubrio
y un motor incansable, casi infinito
proporcional a la imaginación
y a tanto tiempo libre…Libre!
del cual dispone –y no sabe- un niño.

III REFRÁN.

“Aprender a montar en bicicleta
nunca se olvida”
dice un conocido refrán.
Quizás por todo el miedo
acumulado durante la víspera,
el duro encuentro con el piso
en múltiples ocasiones,
las risas crueles de los vecinos.
En mi caso, no lo olvido
tal vez porque no conté
con la mano adulta
que tomara el sillín
y corriera a mi lado,
mi amigo William
-el niño rubio y pecoso-
que vivía en la casa de al lado
intentó hacer ese papel.
Aunque cuando por fin
luego de innumerables intentos
pude por fin pedalear
sin besar la lona del pavimento
esperaba, con ansiedad
que Laurencio, mi padre-abuelo
luciera una amplia sonrisa
desde algún punto del firmamento.

IV LECCIONES.

La bicicleta me enseñó la libertad
pero también me hizo conocer las normas
en este caso, las de tránsito,
cuando choqué de frente
con otro ingenuo ciclista quien venía
por todo el medio de la calle.
Esa tarde aprendí con dolor
las nociones de izquierda y derecha
supe que nuestro mundo
puede chocarse por estos dos conceptos
y quienes vamos por el centro
no tenemos muchas posibilidades
de salir ilesos, indemnes.

Dixon Moya – Colombia
NADA SE PIERDE.

A veces lloro y canto,
lo que no canto cuando trovo,
y aunque trovar, es versar,
lo que se siente, más profundo
es el sentimiento que le da anhelo,
crece, y lo recrea en pensamiento nuevo.
Por eso amigo, canta, trova, pero siente,
con el sentido común de lo que viene,
y sin olvidar lo bueno de lo que se fue.
Porque andando el tiempo recogerás,
dorada cosecha de sentimientos,
que sólo el azar ha cruzado en tu camino,
y los puedes hacer tuyos, porque nada se pierde.
Nada se pierde, si estás alegre.
Y todo se encuentra, en el reflejo de la nieve.
Por eso sé estar frío y caliente,
pero recoge el agua del deshielo,
para que tu mente en sus estaciones,
recree los momentos, pasados.
Porque amigo yo admirándote te digo:
Nada se pierde.

O. C. – España
El bastón avanza golpeando.

Lacerado y con las suelas sueltas
el de la mano vieja
el que no en vano
ha escapado de la muerte

Mendiga.

Barrido por las palabras de siempre.


Jhon González – Venezuela
De una a otra costilla
me he vaciado el aliento
He triturado vestigios y alfabetos
resguardados en los huesos
de intrusas memorias
De golpe he exorcizado hombres-vampiro
que absorbieron hasta los tuétanos
la sabia de mi compasión sorda
derramaron la sangre de mis silencios
que lánguidos agonizan
bajo la estaca que piso con pies descalzos
De una a otra costilla
me he quedado sin perro
sin huellas
sin rostro
sin tacto
Me quedé huérfana
de quimeras y espejo
Equilibrista vencida
me hundo en lo profundo
de una cama que ya no respira
De una a otra costilla
queda el espacio justo
para meter los dedos
y hurgar en las vísceras
de la mentira
Tomo con la mano izquierda
las entrañas de una vida suspendida
con la derecha estrujo el corazón
y brota la última lágrima
De una a otra costilla
se despabilan las horas
de sueños matutinos
y párpados blancos

Rebeca Mingo – México



Carlos Ardohain - Argentina

(Por razones técnicas el poema de Carlos se publicó en el poemario sólo como texto, es justo publicar en la bitácora la obra tal como la hizo llegar el poeta. Gracias Carlos por la comprensión).
LITURGIA

Hoy quiero condenarte a mi liturgia.
Son tus párpados cerrados
y tus manos candorosas,
recorriendo mis senderos
de rocíos sonrojados,
los que a tus labios liberan
de un beso mío.

Con las yemas de mis dedos
cincelo el respirar arrancado
de tu fragoso pecho altivo,
mientras,
se pasea la luna por debajo
del muelle que acicala
nuestra barca en su torrente.

Hoy eres mío,
eres mío porque dejas en mi mar,
la escarcha transparente de tus sales
danzar por mis entrañas
como abanico sinuoso
en un día de tórridos fuegos,
despertando la savia de mi alma.
Hoy endulzo tus labios con los míos.

Freya Hödar – Chile
NOCTURNO DE LUNA LLENA

Esa luna que nos ilumina entre las ramas
velará por tus sueños, mientras los grillos cantan
su dulce canción de cuna, que es sorda y es muda
para quienes no saben de cuentos de hadas.
La luna, blanca y ovalada, vela por tus sueños
en esta noche en que ese anhelo
de vida eterna encuentra en tus labios el cielo,
para volver un paraíso el deseo de tu sexo.
Brillan y crecen las luciérnagas celestes,
de las melodías al tibio sonar
juncos y olas parecen bailar
se mueven las hojas frescamente
en la copa de los árboles. Duerme tranquila
dulce niña, como los pájaros y las rosas
que afuera todo es armonía,
la calma reina sobre el pasto y la avenida.

Diego de Gregori - Argentina
SONATA EN Mí MENOR

Me gustaría pensar que
tantos ensueños podrían ser verdad
el fascinante hechizo de la luna allá
viajando sobre el agua
pero estoy siempre de pie aquí
sirviendo carne asada y
verduras frescas.

Domingo al mediodía ahí
mar verde veteado de bolero el mar
con gris marrón y otra lomada gris
por la soberbia libertad del sol
durmiendo entre las nubes.

Y así otra vez salto de rana en
verde sereno rumba mar el mar
y yo moviéndome de acá a allá
sin otro medio para ser que ser
cuaderno y lapicera.

Las letras se acomodan con
ruidosa, impaciente soledad
por un ruidoso auto que pasó y se fue
apenas hace un rato y ya es ausencia
mientras la blanca luna es una barca
en el dulce mar
dónde quisiera estar no sé pero seguro no aquí
salando y pimentando.

A lo mejor me gustaría ver un bello ser
un bello ser que esfume mucha luz
bajando de lo alto
si cierta es que bella y esencial y alta es
la luz que busco.

No tengo mazapán para poder comer
poder comer llenar la boca de
estrellas dulces
a cambio un rubí caliente y leve es
el breve vino tinto que también se va
como la vida.

Y pienso que me aliviaría ver la luz
no sé si fuera o si dentro en mí
pero enraizada en algo
para no odiar sentir que no interesa ya
si estoy sujeta día a día aquí
lavando la vajilla.

O a lo mejor quisiera un ser que me hable a mí de mí
que yo le hable a él de sí
que diga qué hago yo aquí
los brazos inmersos en lejía
si es un misterio la belleza del cristal de sal
si es un misterio el calor del sol
si mi presencia inútil banal
pero única en el mundo.

Quisiera hacer de mí un ser con ser
saber cómo se armó y por qué
mi código genético
alzar bajo la voz hasta por fin hallar
el cántaro y su ollero y así entender
causa y efecto.

Abrir sin más mi corazón
gritar
aunque no fuerte
no
gritar despacio y preguntar por qué
por qué razón existe el mar
un mar sin verde mar y con
esta rutina
de andar de un lado para otro
ir
andar y hacer las compras

de levantarme y acostarme hoy
sin esperanzas de saber ningún por qué
si existo realmente en algún lado o soy
si existo realmente en este sitio y soy
dónde el comienzo de la historia
dónde el final si es que hay algún final
si espera andén y tren en la estación
porque no puedo creer que cerca o lejos no esté Dios
para poder hablar con él
porque seguro ha de saber por qué
por qué yo estoy buscando aquí
buscando al ser que duele en mí
bajando hasta sellar la voz
sacando el corazón de un cajón con miel
callando y no saber por qué
por qué razón existe el mar
el mar verde veteado gris
la luna hechizo arriba allá
mirándose Narciso en sí
el sol cambiando el agua de color
el tiempo huyendo con o sin reloj
Mozart y la Sonata en Mi menor
y la rutina
de hoy igual que ayer andar
de un lado para otro sin
que entienda nada
si el mundo se parece a nuestra cárcel sí
celdas individuales sin color rubí
en un entorno de mar sin coral
ni espumas blancas.

Quizá los Andes sean de papel
las flores todas nazcan en abril
y el viento Norte sea helado
porque no sé qué es la libertad
aún no sé qué es morir
pero a consciente lucidez
amo la vida
no importa si en el inicio está anidado el fin
si suena inútil preguntar por qué
por qué esta vida
de andar sin rumbo de acá para allá
atroz rutina levantarme y acostarme hoy
no sé mañana
si toda infancia ya lució y se fue
dónde mis padres han de estar no sé
dónde el jardín con el damasco aquel
por qué razón se esconde de dolor
el corazón en un panal sin miel
si las montañas nacen en abril
las flores frescas se hacen de papel
si está veteado de bolero y rumba mar el mar
si el día de hoy es más igual que ayer
mañana es nunca y también es hoy
si es un misterio el fin en el comienzo de
si en el inicio está marcado el fin
por qué la vida.

Ketty Lis – Argentina
RECORDANDO UNA LECTURA

El preciso ordenamiento de los signos
es a un tiempo pluma y piedra
elevación y descenso de un disfraz
que abre mis ojos
y vuelca mi afán sobre los nombres
Entre tantas que afloran
¿Cuál máscara me corresponde?
¿Me dará ella algún día
el desdoblamiento necesario
que hace una la voz en el contraste?
Por ahora disfruto
esta precaria permanencia
en el umbral de las palabras
Ellas trajeron
el estremecimiento y la duda
y ya no sé
si camino por estas calles o no soy.

Alberto Amengual – Venezuela
PAREDES

Despertar mañana es quizás
lo que hoy nos salva.
Estas son tan sólo paredes
como para el pez
las redes.
¿Quién será el que está detrás?
Los hilos ¿A dónde van?
¡Vaya risa que no soy
y que llanto en que no estoy!
Como ves: Es tan sólo un juego,
es un viejo invento
Lo mejor nos viene llegando
Mientras ya
Nos vamos yendo
¿Quién será el que está detrás?
Los hilos ¿A dónde van?
Lo aparente es tan real
Que no es, no soy
Ni estás

José Raúl García Marrero – Cuba
DESOLACION

Todo lo que Dios quiere del hombre
es un corazón en paz
(Johann Eckhart)


A mi madre, Lidia Crescini

El tiempo no ha podido
apagar
las antorchas que
llevan los ojos de mamá.
Encendidas como lámparas de gas
se tiznan de ojeras.
Cargan el peso de la detonación.

¡Bombardeos!

¡Guerras!

La escucho arañar
los primeros años
de su infancia
quiere rescatar
el eco de sus pocas sonrisas

¡Me duele la historia de mamá
y la historia acalorada de las
guerras frías!

¡Todas son frías!

Me duele lo absurdo

Los conflictos

Sólo existe fuego
en el corazón del hombre

Fuego que se acrisola en el tiempo
quemándolo una y otra vez

¡Nada justifica la violencia!

¿Cómo puedo arrancar
de tus entrañas
la imagen
de ese túnel interminable
donde hacinada
tenías que esconderte
para evitar
la cercenación o la
muerte prematura?

Dime, mamá

¿Qué debo hacer
para devolverte en parte
las estelas de tu sonrisa robada,
mitigar el ardor de tu estómago vacío
y encender
luces de bengala?

Treinta y dos grados de temperatura externa,
menos dos grados de temperatura interna

Y,
tu cuerpo sudoroso
transpira lágrimas

Llora,
aún sigue llorando
por el hambre de injusticia
por la sed de venganza
por la violencia irracional

Mamá,
abrazada a ti
quiero beberme el sudor
que emana de tu pecho mancillado
Balancearme en tu vientre
nutrirme de verdades desconocidas
para llenar mi inocencia

Mamá,
hoy lloro,
lloro contigo

Olor a pólvora
Hedor
Sangre,
Luto
Resignación

Siento miedo a la penumbra
a la destrucción
siento miedo
a la desolación

Lidia Corcione Crescini – Colombia
EPA CHINO

Amanecí de bala
Voy hacia adelante
Sin detenerme sin parar
Camino floto
Me como al mundo
meto en mis bolsillos
el dolor, la tristeza
pregono la sonrisa de la vida
hoy no creo en la puta vida
o la puta muerte,
simplemente creo en mí,
creo en ti
con tus verdades y mentiras

Carmen Elena Pérez – Argentina
LAMENTO PARA ALGUNA TEMPORADA

En los caminos antes del mediodía
hallaste el delirio y el ansia:
una mujer desprendiéndose del miedo
en la fatigada aurora del mundo.
Cada vez tuve más sueño
y más cansado me detuve a mirar la noche.
Cada vez fue más difícil
-detenido y temeroso-
tomar tu mano para esculpir mi falta.
¿Qué me pasa en estos días
que la mirada inunda las cosas
y las devuelve turbias y amargas?
Me quedo inútil hasta el alba.
El sol me llama,
y el sonámbulo encanto de Ana
me indica el camino y la sombra:
al borde final del hombre
duerme una piedra de sal y arena,
mi sangre arde y mi pecho urge
la pequeña delicia del tiempo.
Si al terminar la lluvia
aún me encuentras eterno,
no me dejes tendido en la hierba,
toma por el cuello al agua
congelada en tus ojos:
me dirás la muerte que tanto añoro.
Si al terminar la lluvia
no comprendo el polvo en tus manos,
el trigo bueno que me ofreces,
pasa de mí y no me nombres,
que en el nombre del dios que me cuentas,
yace toda la fiesta y la vigilia.
Ayer apenas tomaba la ropa
y dejaba de lado el misterio,
entretejía palabras de savia,
besaba tus sueños con denuedo.
Ahora paso de ti y me alejo:
que se arrepientan los muertos de haberme dejado,
mi remordimiento lo trago con miel.
Ayer apenas era un niño
y los amantes conocían el miedo,
suplían la vida, aceptaban la muerte.
Una travesía de palomas que llevo en el alma:
una travesía enorme que me duele.
Si al terminar la lluvia
aún estoy presente,
sin nada que ofrecerte, sin nada que pedirte,
con más dudas que canciones,
con más pesares que reencuentros,
deja de lado la miseria,
cubre tu voz con sábana húmeda
que abrigue tu cuerpo del fuego.
Si al terminar la lluvia
aún me detengo al borde del camino,
delirante y ansioso,
me dirás quién duerme, quién sueña,
quién fracasa, quién sabe,
quién se marcha o quién se queda,
quién eres ahora que te duele.


Gustavo Solórzano – Costa Rica
hay lugares de rendición
oscuros laberintos
donde el hombre
rastrea su agujero de páramo
dolor de herida acorralada
mensaje de náufrago en la caverna
fugaz como el aire
liviano desamparo
frágil como niño descalzo
el hombre pregunta su intemperie
camina su destierro de mago
busca sus pérdidas
y obediente
revuelve su nombre

en residuo de huesos

Alba Estrella Gutiérrez – Argentina
JUNTAR LA MANADA…

He sentido…el irrefrenable impulso…
De aullar mirando la luna…
Juntar la manada…
Para una luchadora como yo…
Que ha peleado a brazo partido…
Por criar esos hijos…
Ha llegado el momento…
En que ellos se van…
Se van irremediablemente…
He sentido…el irrefrenable impulso…
De aullar mirando la luna…
Juntar la manada…
Con el corazón encogido…
Por la angustia…por la soledad…
He tenido la necesidad de gritar…
De aliviar esa tensión…
Es un dolor…que nace en el vientre…
Y llega al alma…llega al alma…
He sentido…el irrefrenable impulso…
De aullar mirando la luna…
Juntar la manada…
No sé qué ancestral latido…
Me iguala a las fieras…
He visto la luna redonda…
Y un ronco gemido…
Emergió de lo más profundo…
Y se elevó ululante al aire…
He sentido…el irrefrenable impulso…
De aullar mirando la luna…
Juntar la manada…Juntar la manada…

Graciela Viñoly – Uruguay
CERROJOS

Busco el cerrojo de la noche.
El silencio es un nido de ausencias.
El olvido arruga los papeles.
El frío borra el título del cuento.
Abro las puertas
de los vuelos atardecidos
sobre el suspiro de las alas ausentes.
En la línea del horizonte
la lluvia encanta los cristales
con sus pasos de baile

Nedy Varela – Uruguay
LA CARICIA PERDIDA

Busco una caricia, perdida en un valle
Que dos lunas llenas y redondas tienen.
Recorrí un camino, muy largo y oscuro
tratando deseoso y veloz llegar
a un almohadón, de lana mullida
y suave tibieza.
Fui yo, el primero de miles de hermanos
y sentado en él, los eché al abismo.
Bajaron tranquilos creyendo seguros
que despertaría, con las golondrinas.
Comencé a latir, casi no cabía
en el almohadón
pero una tarde, desperté con miedo
un sórdido ruido me sacudió entero
fue una mano blanca convertida en garra
que insistía encontrarme, para desprenderme.
Esquivé esa mano, pero ya cansado...
¡Me dejé vencer!
Por eso te busco madrecita mía
perdí la mirada de tus ojos pardos
no encontré ese valle de las lunas llenas
y manos pequeñas de caricias plenas.
Me encuentro en el limbo, esperándote.
Para que me cuentes ¡¿por qué yo no pude?!
despertar un día, seguir mi camino
asomar mi cuerpo, descubrir la luz.
Sentarme en el valle, que dos lunas tiene
y bebiendo de ellas calmar yo mi sed.
Busco una caricia, perdida en un valle
que dos lunas llenas y redondas tiene.
Tal vez en mi noche estarás un día
y puedas contarme ¡Por qué la perdí!!!!

Ana Serao – Argentina
GUIÑO A PARIS PISHMISH

Hace nueve años fallecía Paris Pishmish, columna de la astrofísica mexicana. La buena voluntad de un amigo común nos presentó y se impuso admirarla pues comprendió, entre borradores, aquello que debe callarse; apenas comentó, con mordacidad pudorosa, el designio que la mano obedece al redactar. Para desgracia del autor, los dioses entrometidos abortaron la preñez del encuentro y, en un tropiezo, la muerte la prefirió. Quizás, desde entonces, la aridez del transcurso intensifica en el recuerdo el femenino rayo de tinieblas, candente entre lecturas sazonadas de vida.

La mata y el polvo
son del sendero
el desaseado gozo.
Silencio.
El transeúnte
con el morral de vocablos
musita separado.
Los astros cifran
su afán ascético
en pleamar tensa de sigilos.
Silencio.
El prisionero,
en el cuenco de la mente,
transpira arrítmico.
Entre la luna y el sol
¿quién palpó de tu luz
la cadencia en fuga, Paris?
Silencio.
Virgen encinta será
tu nombre de pergamino
entre las fisuras del ergo.

Ricardo R. Laudato – México
Apareces ante mí
pequeño caracol
(dulce, duro)

y yo huyo
me escondo
me aparto

de tus ojos de hielo
de tu cuerpo que quema

mientras hago sonar cascabeles rotos


Cesibel Ochoa - Ecuador
UROBORO

A expandir
se aprende trasgrediendo
Un globo que se infla
invade el espacio que es del aire
Lo integra
Y al reventar
lo lanza a nuevas latitudes
Lo impulsa
El Big Bang así te lo demuestra
Ya estuvimos dentro
ahora estamos fuera
mirándolo a distancia
Una dona azucarada que disfruta de sí misma
en un sentido y su contrario
en un plano y en otro que lo cruza
como todo lo que existe
en los anaqueles de esta tienda
Un desayuno en oxxo
con café con crema
y galletas de malvavisco rosa y blanco.

Mariano Fernández – México
LOS CAMINOS

Los caminos
viejos y olvidados
nos llaman desde el fondo.

Por allí caminaron nuestros abuelos,
descalzos...
mirando el futuro con optimismo.
Ellos sabían donde empezar
y adonde llegar.

Resucitemos los caminos muertos,
limpiemos los caminos viejos,
saquemos la maleza y caminemos
por los viejos senderos.
Por allí se deslizó la sabiduría
ellos nos dirán quiénes somos.

Entonces y sólo entonces
al final de los viejos caminos
abriremos nuevos senderos
con nuestras propias manos
con nuestra mente.
Nuevos caminos con rumbo claro
caminos visibles,
caminos invisibles,

caminos hacia dentro,
caminos hacia fuera.
Recuerda,
el verdadero camino tiene dirección
pero no tiene una meta...
tiene muchas
es eterno y empieza cada día.

Si estas agotado... ¡Descansa!
pero en cuanto puedas,
reanuda tu marcha.

El destino del hombre es caminar
y caminaremos siempre, siempre...

Aún después de muertos,
nuestras huellas andarán
siempre, siempre, siempre...

César Mejía Lozano – Perú
TRÁNSITO

Respira, me digo...
no dejes de respirar
atrapa el aire en tus pulmones
deja que viaje por tu sangre.
Siente la vida, me digo...
recorriendo tu cuerpo
como un magma humano
que calienta tus huesos y tu alma.
Respira, me digo...
no dejes de respirar
inspira y exhala y perpetúa
el ciclo mágico de la vida
perenne y caduco
definitivo y pasajero.
Respira, me digo
no dejes de respirar
cumple tu papel
en la línea de la vida
en el ritmo natural
de las cosas.
Venir de la tierra
y volver hacia ella
desnudo y solo
sin sayo ni sandalias
sin mitra ni casulla
sin lápida
ni ciprés.
Respira, me digo
y hasta el último suspiro
no dejes de respirar.
Y entonces, déjalo todo
y levanta el vuelo.
Sin el pesado equipaje
de los agobios y los miedos
emigra hacia la luz
hacia lo que nos espera
y desespera
hacia lo desconocido
y reconocido
hacia lo enigmático e inmutable.
Respira, me digo
respira hasta el final
con la rodilla en tierra
la esperanza en hoy
y el alma...
el alma en vilo.

Annabel Villar – España

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