El poemario en versión digital

GIRAPOEMA en formato de revista digital gracias a Dennis Mariella.

GIRAPOEMA

Haz rodar una poesía es un proyecto de intervención cultural que nace el año 2006 como una manera de fomentar la difusión de la creación poética y que en su tercer capitulo, llamado Gira Poema, toma cuerpo como una celebración del Día Mundial de la Poesía.

Mediante convocatoria de mail-art, trabajando sobre la base de la colaboración generosa de personas que actúan regalando sus creaciones o siendo tutores de la iniciativa, se ha obtenido el siguiente libro- objeto, poemario que es una muestra tangible de que la poesía aún vive y que poetas aprendices y ya consagrados, se unen superando barreras de tiempo y espacio para lograr el fruto que hoy, al leer estas líneas, llega a tus manos.

Como bien dijo Federico García Lorca la poesía no quiere adeptos, quiere amantes, por tanto, disfruta de esta obra colectiva, embriágate con su esencia y al finalizar la lectura sé generoso liberando estas letras, abre tus manos…
… Haz rodar una poesía.



Nat Gaete
Se agradece infinitamente a las personas que participaron del proyecto y, en forma especial, a los curadores quienes desinteresadamente llevaron a cabo la tarea de editar, imprimir y liberar el libro.
AUTOR

Temo el instante sucio
de borrar letra a letra
todas las líneas escritas.



Agustín Calvo Galán - España
PASIÓN POR LAS LETRAS


Construiré sólidos puentes
para cruzar el turbulento río
que arrastra mis propósitos
náufragos de mí,
ajenos a mí,
huérfanos de mi voluntad,
para así lograr beber de la fuente
que me brinde la palabra que ansío…

Quiero/necesito,

escrituras sin sequías
manantiales de versos,
susurros de las musas...

Crearé desde lo imposible,
desde lo negado,
desde lo desconocido,
colocando letra sobre letra
suavizando la imperfección de sus aristas,
entrelazándolas con adquirida destreza.

Haré arena de la piedra
y piedra de la arena.
Seré…
por esta pasión a escribir que me consume
artesana, obrera y abeja.

Ya no temeré que la oscuridad me ciegue.
Ni que la inspiración me evada.
Ni que la sabiduría me sea esquiva.
Veré la luz.
Respiraré con ansias
y mojaré mis ojos de agradecidas lágrimas.



María Magdalena Gabetta – Argentina
EL CAMINO DE LOS POETAS

Caminamos...
Construimos el camino deslizando las arenas
Triturando los vientos
Hurgando la historia que se desvanece
Caminamos...
Apretando con los dedos una lágrima de mar.
Caminamos...
Nuestras narices se independizan
Inhalan todo el olor del universo
Se sumergen en el polvo cósmico
Que originó los rostros de la vida
En los pétalos de las rosas húmedas
En las hierbas mojadas por el rocío.
Caminamos...
Como huyendo, como buscando
No queremos y sí queremos
Estar acompañados de la soledad
Caminamos...
Con la piel herida de tanto sentir
Y el milagro llega en cualquier momento.
Hay una complicidad de luces
Entre las noches y los días
Cuando nace un poema.
Luego
Seguimos caminando
Cual errantes nómades por el desierto
Escudriñando los silencios
Tapándonos y desnudándonos en los solsticios.
Caminamos y caminamos...
Hasta oír, olfatear, sentir en nuestra piel
El suave aleteo que se acerca
Hay una complicidad de luces
entre las noches y los días
Atentos, sabemos,
que el poema está por llegar.



Ana María Manceda - Argentina
BUSCAR IMPOSIBLES

No me saco la venda que me tapa los ojos.
No descoso la boca
ni descubro el oído.
Permito que me embargue la nariz el podrido
perfume que a este mundo
le emana de los poros.
Me resigno a los cortes en la piel
que afiladas
moléculas de aire
infringen a mi paso
por las calles de piedra,
de adoquín o de brea,
pisadas en la búsqueda
de mi espacio en la Tierra.
Con los ojos, la boca, los oídos cerrados,
con la piel destrozada
y la náusea en las venas,
así, desorientada,
sin valor los sentidos,
puede ser que me olvide
de buscar imposibles,
los reinos prometidos
ni el edén que me toque.
¿Aceptaré sumisa
el podar estas ramas y plantar las raíces
donde se frene el viento
y se seque el deseo
y terminen los sueños?



Carmiña Candido Daverio - Italia
EN EL CUERPO DEL POEMA


I
La muerte me llama
en sueños melancólicos
y voy tras la palabra
y voy tras el sueño
que me parece más lúcido que lo lúcido
y me derramo
grito y me revuelco
y voy tras la palabra

II
La noche se revela
como un todo insuperable
una melodía perfecta
que trae consigo palabras y deseos

Ahí quiero mecerme
entre sus brazos de seda retorcida
en el calor de sus entrañas frías
como sueño dibujado en invierno

III
Yo abajo
en mi cadáver rebosante de alegría
en mi pozo de ilusiones y mariposas
mi propio jardín
de deseos mutilados

IV
Espejo de la muerte
cuerpo abandonado
cuerpo de fragilidad exaltada
dosifícame la luz
dosifícame el ser
en la plenitud del día

V
Volver a los huesos
a mi voz que me huye
en tinieblas desatadas

Entrar en la poesía
entrar en el poema
en que se ha convertido mi carne


Linda González - México
MARISMAS

Nota de agua canto mudo
donde el silbido del ave amanece
La luz extiende sus brazos a las ramas
baña la corteza y se desvanece en las raíces
Los tordos anuncian primaveras
no hay silabas del cielo precipitándose
pero se lee la piel líquida
y en su profundidad hace perpetuo el verso.


Karol Arcique - México
LOS MULTIPLICADORES

Porque allí
donde la esfera es más esfera
como el buitre
el poeta se ocupará de
la carroña.


Juan Torres Jiménez- Chile
A LAS PALABRAS

Suben efervescentes dentro de un esófago que las sustenta
la lengua las escupe
y en un salto heroico mojan este papel
dura la lengua que las modula
dura el pensamiento que las engendra
de tanto escrito que permuta
las vocales para abrirme
las consonantes para dislocarme
Dios
dame tu teta
dame lo impronunciable con la boca abierta
la letra que ominosamente alerte mi muerte
cógeme dentro de tu verbo
no dejes que mi cuerpo se caliente.


Paola Restrepo – Venezuela
CUESTIONAMIENTO A LA LENGUA

Quién no se ha quedado con la palabra en la boca
con el mutis del silencio
haciendo sed en la lengua.

Quién no habrá mirado la incomprensión en la charla
de dos seres que batallan
por transmitirse en el habla.

¿Puede acaso mi discurso
obrar para bien lo que pienso?

¿Puede el instinto de buscar fuego
encontrar una llama?

Qué puede un diálogo
qué una palabra
Que no pueda una mirada.


Edgar Khonde – México
PALABRA CUATRO

La palabra
vuelta
nata espesa que se cuela.

La palabra taza
que contiene y que derrama.

La palabra mantequilla
en la tajada infinita.
La palabra desayuno.
La palabra hecha de migas.

Las sillas que se arrebatan.
La leche que nos vasija
y la infaltable distancia
sin palabras ni partida.



Gémina Ahumada - Chile
ILUMINADA POESÍA

(a Drumond, a Gautama)


el tiempo presente
la vida presente
el aquí y ahora
de quien toca la tierra

mientras señala el espacio

la mente
en el vacío
poesía
presencia iluminada

gota de agua
para la sed del mundo

cielo y tierra en una mano


Luis Alberto Angulo - Venezuela
Me dijeron que no soy poeta,
no sé pintar bodegones.
Me dijeron que hay patrones del sentimiento,
que dirigen su música, con batutas rancias.

Cuando marcan el compás
siento un aliento profundo
de pasado, me produce náuseas.

Me hablaron de la poesía reglada,
de posible evaluación,
que gana en forma, en brillo,
que oculta cualquier rasgo del alma
y tapa su boca con medidas de calibre,
disfrazada de palabras,
moribundas.



Julia Isasi Martínez – España
A SER VERSO

Como la lluvia cae del cielo
fluyen las palabras, son destello,
ordenan las ideas hechas verbo
reducen emociones a ser verso.

Y un crisol las deposita en el cerebro,
les da voz cada vez que quieren ser,
cantan, hablan, bailan al través,
danzan del derecho y del revés,
modifican, planifican, rectifican lo que ves
y componen los poemas,
ellas mismas son emblemas,
surgen limpias, son origen del saber.

Subliman lo craso,
exaltan lo escaso,
reducen fracasos,
rezuman poder.


Isabel Barriel - España
DES/HILANDO


Ella mira a través de la ventana
la oscuridad alambrada como mueca.
Tiembla la mano en el desierto
de una vida en blanco,
figurando versos descarnados,
ascéticos.
Quisiera que las palabras se amaran
en sus enredados muslos
y besos húmedos.
Quisiera celebrar la carnalidad
del verbo
la abundancia de letras
regocijándose
en placeres de largos fraseados.
La exuberancia del significado
libre de ecos,
encogiéndose de hombros
con el gesto gracioso,
desafiando la tradición exclusiva.
Mira el papel. La luz y la mordaza.
Mira largamente la ventana
y la transforma en puerto.


Nela Río - Canadá
TERRIBLEMENTE PRIVADO


Se me escapa,
a las tres de la mañana
bajo el escritorio la fama,
detrás del discurso de aceptación.
Y con una red de mariposas
la cazo.
Pero qué voy a cazar pues,
soy inofensivo
desconocido
terriblemente privado.
Es como un rinoceronte,
cómo podría, aunque sea,
acercármele.
Con las ganas nada más.
Que claro que bastan
lo que me sobran son
los versos esplendidos.



Iván Viñas - México
Forjadora de palabras
busco herramientas que las transformen,
que las renueven. Herreros
que traduzcan mis visiones
con sus callosas manos,
que vayan más allá de las formas
conocidas.

Cazadora de ideas
mis venablos no aciertan
en el corazón del blanco.
Los brazos que los lanzan
se muestran débiles.
El cerebro que los guía carece
de elevado talento.

Pero ya es demasiado tarde
para estos oídos seducidos y
sedientos por la música de los versos.



Montserrat Anti Font – España
TANKAS A FEDERICO

Hasta su pecho
claveles rojos trepan.
Sobre la frente
remolinos de lunas
huyen despavoridas.

Truncos sus versos
y marchitos los nardos.
Poemas rotos esconden las guitarras
desangradas de España.

Que se va al cielo
solito Federico
ángel en vuelo.
Las culpas del silencio
castigan la mañana.


Zulma Rosadilla - Uruguay
DON QUIJOTE

Miguel de Cervantes escribió
Tal vez el último libro de Caballería
Dicen que el ilustre escritor de esa obra
Lo hizo para mofarse de lo que ya existía
Debido a la demencia del Quijote
Todo lo contrario, enaltece lo hermoso e ideal
Tan fuerte como olas en el mar
La complicidad de Sancho Panza
El Amor por Dulcinea rebasa
Todos los sucesos antes aislados
Cervantes merece el más grande elogio
Muestra una locura más sublime que ridícula
La hidalguía transcurre con aplomo
Sin dejar motivo para nuevas aventuras
Aun quedan cenizas de ese héroe
Luchamos contra molinos tecnológicos
Las personas se conforman con un lenguaje soez
Se apartan de la divinidad de las letras
Conformándose con canales nada especiales
Que publican lo que creen grandes titulares
Don Quijote de la Mancha
El caballero de triste figura
Expresa lealtad y busca libertad
Suelta así los yugos de la realidad
Sin dejar de propagar la honestidad.



Wilmer Velásquez – Venezuela
CUANDO UN POETA MUERE

(A Augusto Zorreguieta)

Cuando un poeta muere,
se desatan las tormentas adentro de las copas de cristal
y de nieve que beben sus amigos.
Celebran en estrofas, sus versos taciturnos,
con sus pechos inflamados bordeando terraplenes.
Los barcos desflecan las aguas del Leteo...

Cuando un poeta muere, se doblega la espiga... se serenan los vientos,
la campana se calla, el agua de las fuentes se guarda los deseos.
Silban ritmos los pájaros del último Nocturno
y luego parecieran, de frío, enmudecidos.
Surca Hércules la tierra con sus brazos de héroe
y en la gramilla húmeda le cobran desatino.

Cuando un poeta muere, resucita el poema, se recibe de adulto,
adopta putativo el oído del viento.
Se rompe una burbuja, deja escapar los sueños del “Pensamiento Hereje”
que leudan en silencio.
Se encuentran dos palabras antípodas que nunca se encontraron.

Cuando un poeta muere, se mueren las espinas, se desnudan los lirios.
La luciérnaga apaga su candil melancólico...

Cuando un poeta muere...



Eva Isabel Ruiz Barrios - Argentina
ROSTRO

El hombre se mira en los hijos de la mujer
sus ojos.
Acaricia su casa, cruza por todos sus pasillos, se refleja en sus pisos, y se acuesta en su cama.
El hombre se tropieza con sus recuerdos, donde respira (se despierta, alborota) toda su vida.
Se sumerge dentro de sus orificios, la conoce, la habita, recorre sus días y sus noches, sus calles.
Es inevitable, decide quedarse allí.
Se borran sus huellas en el tiempo.



Adriana Prieto - Venezuela
DEJAME SER

Déjame danzar en el jardín de tus deseos.
Transportarme en brazos de tu amor,
sentir tu suave deslizar
entre sábanas y pieles,
en el apagado ronroneo
en vibración con tu cuerpo.

Ven mujer, apégate a mi
no me sueltes,
báñate con mis sueños,
quédate junto a mi;
Surge de tus soledades,
de tus distancias

Amanecer de tus noches frías
ven al encuentro de mis instantes,
de mis sabores, de mis aromas.
Apaga tus desdichas
en el fuego de mis pasiones,
preciosa alma mía.

Deja que sea tu almohada preferida,
tu rinconcito secreto.
Déjame ser tus estremecimientos de deseo,
tu orgasmo mas intenso.
Tus caricias avergonzadas y secretas,
tus bochornos de carita roja.

Quiero ser los temblores en tu cuerpo.
El acelerado latir de tu corazón.
La idea más loca
el te amo más intenso;
Sólo quiero hoy y siempre,
ser tu alma gemela, que te ama y adora.



José Emilio Fontirroig - Chile
HOY RECORDÁNDOTE

Vuelven los cantos
de viejas sirenas
que salen de tu voz
reflejando mares, arenas
de aquel tiempo mejor

Sólo soy un transeúnte
acostumbrado a andar sin ti
por estas vías
la vida no me mata
pero tampoco cierra heridas

Tu mirada está tan lejos
y sin embargo sólo a un paso
describiéndote en las noches
sintiendo un abrigo
sabiendo que no es cierto

Tarareándote en cada esquina
componiéndote en el aire
respiro por inercia
mas no lleno mis pulmones
de otra cosa que no sea nostalgia

En casa cuatro paredes
me sitian, me ahogan
manicomio de pasiones
yo dentro de él
vivo de intangencias

Me duermo reparando
en los vicios del sueño
concentrando mis pensamientos
pidiéndole a Morfeo
que me deje soñar contigo



Lermi García - España
MARÍTIMA CERTEZA

¿A qué huele mayo?
¿A qué sabe tu piel
cuando conversa con la mía
y llora
y aprieta
y me envuelve?
Cuando digo te pienso
no es la memoria quien habla,
es la punta de mis dedos
y, a veces,
la resaca de un encuentro en mi playa.
Exprimo en esta tarde de mayo tu nombre.
Lo escucho y me acaricia,
lo toco y me habla,
lo chupo,
lo muerdo.
Tu nombre.
¿A qué huele este mayo sino a ti, peregrino mío?



Leticia Romero Chumacero – México
BICOTA

El contorno de tus manos, el color de tu sonrisa
siento destellos en tus fulgurantes ojos,
es que miras y muero, que fuerza dios
a veces desvanecen, y te pierdes en tus sueños
quiero entrar en ellos, que delicia vida
acaricio tu piel, candorosa, de aroma tan bello
sublime tus pechos me eclipsan y lo sabes bellos,
tu cuerpo se mece contorneándose
invita a tomarlo, que tiernos y esbeltos
quisiera guardarlos, y sigo explorando
las piernas torneadas, me envuelven no quiero dejarlas
beso tu pubis, me estiras los cabellos, llego a tu boca
que néctar fantástico, y sigo mordiendo
tan suave es tu lengua, mis brazos te apresan
siento el sudor, el clímax ya llega.
por fin nos miramos, estás muy tranquila
sonriente
muy suave, acurrucas tu cuerpo, y sigo entre tus piernas hasta morirme en la noche.



Osvaldo Vallaro – Argentina
MI JINETE

Cabalgas mi aire sin brida
No llevas siquiera montura,
Te mueves con hidalga soltura
Avivando mi ansia desabrida.
Con conducta indómita y valerosa
Arremetes al galope sin freno
Liberando mis riendas a pleno,
Ya nada dentro de mí reposa.
La fibra de mi cuerpo responde
A tus muestras de bravura;
No reparamos en la hermosura,
Lo sagrado tras ella no se esconde.
A pleno sol y a campo abierto,
A viva voz y sin desmayo,
Mi deseo viaja como lacayo
De tu oasis en mi desierto.
Seré cual dócil cabestro
Que acepta tu dulce alegría
Y hasta tener tu deseada compañía
Serás de mi sentir único maestro.



Verónica López Villar – Argentina
INTERPONERTE ENTRE MI OMBLIGO Y LAS LUNAS

I

Como eclipse lunar
en penumbras, encendidos y alineados,
así somos en las noches
a la vista del mundo.

II

Ciérrame los portales de tu rostro
si es que no me darás una exaltada bienvenida.

III

Tengo herido el labio inferior
de morderlo en esta interminable espera.

IV

Agonizo
pero no me duele la nostalgia que viaja por mi cuerpo
porque mi piel VIVE con la esperanza de que vuelvas.



María Gabriela Abeal - Argentina
SILENCIOS, PARPADEOS

a Nuria

Mujer, dialogan tus manos con mis ojos,
y es verte respuesta al enigma de la belleza,
y no el cuerpo que propone la piel,
y no el cuerpo de tus senos
sino lo que hay detrás de ellos:
de rojo graso y vivo cuerpo lates,
corazón que evoca la fuente de tus labios
en palabra viva del alma que se asoma.

Mujer belleza, niña diáfana,
en qué accidente de lo incierto
nos cruzamos para compartimos
los tiempos y los espacios.
¿Por qué escribo estas palabrerías
que no dicen nada que no dijeran
los que bien te conocen?

Late luna creciente de tu pecho,
vena de satélite, extraña del mundo.

El tiempo olvida que es tiempo,
te mira encaracolada en silencios.

Pende de tu sonrisa
la mejor de las respuestas, y las palabras son nada.


Mauricio Ruiz - México
HACIA TI


Amor que llegas hondo en la divina noche
platicando al silencio, enjuiciando al designio
Estrecharé tus manos a mitad de la niebla
Sin importarme penas ni castigos.

Bendita voluntad mis alas mustias
Volando sobre el fuego hacia tus labios
Siguiéndote, siguiéndote....
Cansado, moribundo, en este largo viaje.

No importa la tormenta, el crudo invierno
Apedrearé sin piedad las estaciones.
El dolor me ha enseñado que no hay dolor amargo
El amor es dolor sin amarguras.

¡Amor! ¡Amada! ¡Mía! Espérame en la noche
Callada. Quiero amarte, amarte. Quiero
Contar cientos de estrellas, regalarte.
Mi alma que ya es tuya, en fin, mi vida



José Manuel Tápanes Mijenes - USA
LEVEMENTE

Levemente, la brisa de tu presencia
hace desaparecer la sonrisa de tu boca,
desvanecer el brillo de tu mirada,
que el dolor se escriba en tu cara...
Levemente la brisa se esfuma, se borra,
y la felicidad de tus sentidos, se apaga.



Alicia Calero Cervera – España
ENSÉÑAME

Enséñame la palma de tu mano
Que tu mano trae mito y realidad.

Enséñame tu fantasía
Que si coincide con la mía
La haremos realidad.

Enséñame la planta de tus pies
Que tus pies te traen
Tan cerca, tan cerca
Que no puedo respirar.

Enséñame esa melodía
Que llevas en tu andar,
Una danza, una alegoría
Que me hace suspirar.

Enséñame una vez más
Esa sonrisa que me dice tantas cosas
Y que calla tantas más.



Phrisma – USA
DE LA AUSENCIA

Como no existes, para eso las palabras,
para eso el lago sin esperma que encallan temibles las/
auroras.
Y porque no existes y es fácil el suicidio,
para eso el poema inagotable que oprime la vena sin/
desgarro.
Porque no existes y se escancian los abrazos,
para eso el trágico luto de las rosas que entretiene el/
otoño
Como no existes, para eso los nombres imperfectos,
para eso la mentira escuálida que toma la mano de la/
mano.
Y porque no existes y preservo la lágrima,
para eso la pena es una cáscara del extremo de la noche.
Porque no existes y es gris la tinta de los besos,
para eso imagino esa lluvia que alcanzo y no me toca.


Rogelio Pizzi - Argentina.
POEMA DEL AUSENTE

Escribo este silencio para decirte
que acá hace frío
que me compré un libro de Rimbaud y un abrigo
y el primero calienta más que el segundo
que desayuné tostadas.
No es broma.
Escribo este silencio para decirte
que tu ausencia y la mía no caben en el cuarto
que no hay a quién contarle lo que pasó en el metro
o leerle este intento de poema.
Al salir a la calle acabará el silencio
aunque para mí no acabe
y cerrándolo con el punto y aparte de una sonrisa falsa
tendré que echarlo intacto al buzón
de mi nostalgia.


Marianne Díaz - Venezuela
NUESTRA CENA CON UN ÁNGEL

Encontré anclado en el tiempo
un atardecer lejano,
con su capitán Juangriego
a quien sorprendió pescando.

Una cena junto al mar:
los niños iban brillando
con pinceladas de sal
que El Caribe había pintado.

De repente una figura,
de muy menuda presencia,
nos pedía con urgencia
las sobras de nuestra mesa.

Se detuvo aquella escena,
con su sol anaranjado,
con sus barquitos de perla
y sus recuerdos anclados.

Todos lo reconocimos:
un ángel había llegado,
tenia vergüenza al pedirnos,
mas el era el gran regalo.

Nos dijo, yo no hago ruido,
comeré abajo en la acera,
y masticaré escondido,
para que ustedes no vean.

Mas como darle las sobras,
de nuestra miseria humana,
si hemos anclado sus horas
a tan injusta batalla?

Con lágrimas en los ojos,
lo invitamos a la mesa,
fuimos testigos de un rostro
al que todos se asemejan.

El tenía nueve años:
mi hijo cedió su cena.
El se llamaba Gerardo,
el de las alas de seda.

Comió todo frente a él,
como saciando su sueño:
el de un día llegar a ser
un pescador de Juangriego.

Su padre vendía zapatos,
en una tienda del pueblo,
pero el decía que pescando
se aseguraba el sustento.

Ni por su ojito derecho
entraba el atardecer,
el decía que estaba ciego,
pero ese es su parecer.

Si nos negamos a ver
el hambre de sus caminos,
el ciego de proceder,
es culpable de su olvido.


Estamos ciegos de alma,
reyes de un reino vacío:
nos ve con alma descalza.
este angelito perdido.

No te olvidare, Gerardo,
pues te has quedado por dentro,
ya no en un puerto lejano
si no en ardiente recuerdo.

Su llama forjará sueños
y esa anhelada respuesta,
que dibuja el frágil vuelo
de tus alitas de seda.


Carmen Rojas Larrazabal - USA

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